Todo queda en familia

Crítica de Diego Batlle - Otros Cines

El discreto (des)encanto de la burguesía

Prefiero las películas que narran situaciones duras, complejas de manera ligera y liviana que cuando ocurre lo contrario: conflictos triviales y banales presentados con solemnidad y autoimportancia. Sin ser un tratado demasiado profundo, este multipremiado film de enredos afectivos a cargo del veterano director croata Rajko se acerca a temas como la infidelidad, la paternidad y la relación entre hermanos con un tono tragicómico, agridulce, que sintoniza muy bien con una larga y fecunda tradición del cine de Europa del Este.

Los hermanos en cuestión son Nikola (Miki Manojlovic), un ejecutivo mujeriego y bon vivant que mantiene una doble vida y, mientras sostiene durante años una familia paralela, no puede dejar embarazada a su esposa Ana María (Daria Lorenci), una dentista que intuye y de alguna manera acepta sus constantes infidelidades; y Braco (Bojan Navojec), un profesor universitario que ha sido echado de su casa por su mujer y su hija adolescente a raíz de sus habituales romances con jóvenes alumnas, de su alcoholismo y de su escasa responsabilidad y solvencia económica.

En los primeros minutos del film vemos cómo Ana María finalmente queda embarazada por inseminación artificial. Claro que el “donante” no será Nikola sino Braco. Hasta aquí lo que se puede contar sin revelar demasiado de la trama. Grli? y sus muy buenos intérpretes consiguen atrapar al espectador con el “misterio” que crean y con los climas que construyen, aunque el film se resiente un poco por la acumulación de conflictos, de personajes secundarios y de vueltas de tuerca, que desembocan en una narración algo caótica y exagerada.

De todas formas, aunque esté lejos de ser una película “redonda”, Todo queda en familia resulta un interesante acercamiento a (más allá de las ya apuntadas) temáticas como el amor, la tentación, el deseo, la culpa, el perdón y la redención dentro de la burguesía de Zagreb. Es un film lleno de ideas (varias de ellas provocativas), de apuestas y propuestas. No todas son igualmente inteligentes ni resultan tan eficaces, pero vale la pena acercarse a un cine de orígenes (es una coproducción entre Croacia, Serbia y Eslovenia) que no suelen llegar con frecuencia a la cartelera comercial argentina.