The Master

Crítica de Roxana Garcia - Loco x el Cine

Amo y esclavo.

Paul Thomas Anderson es definitivamente uno de los directores más emblemáticos del cine actual, con tan sólo seis películas y conciencia suficiencia para desarrollar sus proyectos con tiempo – su ante último filme Petróleo Sangrieto (There Will Be Blood) es de 2007- vuelve a sorprendernos con The Master.

Protagonizada por Joaquin Phoenix, Phillips Seymour Hoffman y Amy Adams, el director agudiza en un tema más que transcendente dentro de la historia norteamericana y que pocas veces fue visto en el cine. Un tema que sucumbe, que deja huellas como son los problemas psicológicos (en este caso) que trae aparejado una guerra. – El director se basó en varias anécdotas del actor Jason Robarts para llevar adelante esto –. Y cómo a partir de estos horrores vividos, surgen nuevas e interesantes religiones, movimientos de fe, o como se llamen, a apaliar semejante dolor.

Freddie Quell, es un borracho veterano de la II Guerra Mundial que después de los sucesos vividos, está psicológicamente afectado. El vicio por el alcohol y el sexo, lo llevan por una vida errante. De lo que Anderson logra mostrarnos del personaje, poco sabemos si alguna vez antes de la guerra estuvo mejor, pero lo cierto es que pos impacto bélico Quell está vulnerable, enérgicamente violento e impredecible. Un día, escapando de un granja acusado de matar a un compañero con su mezclas de alcohol y veneno, se mete de intruso en un barco. Allí, se festejará el casamiento de la joven hija del carismático predicador y psicoanalista Lancaster Dodd (interpretado por Phillips Seymour Hoffman e inspirado en el creador de la Cienciología, L. Ron Hubbard.)

El vínculo que nacerá entre ellos, será una relación de amo y esclavo, donde uno pondrá su poder, oratoria y persuasión al servicio de sus interés sobre el otro, mientras que éste, cederá frente a áquel por un espacio, confort e incluso control. Mucho de lo que Dodd puede darle a Quell es aprecio, eso es mutuo. Cada uno necesitará del otro por motivos diferentes, ante la existencia de ésta y tras ella, el director nos pone en lo que ha sido el surgimiento (para muchos) de una nueva religión.

Uno que crea y uno que cree, de esta dicotomía surge The Master y detrás de esto irá toda la película, mostrando las continuas correcciones que le hacen a Quell. Nadie, salvo El Maestro, lo quiere. La Sra. Dodd (una genial Amy Adams) es quien definitivamente con su carácter frío, calculador y ambicioso, no confía en el sirviente de su marido. Digo, sirviente, jefe de prensa, hacedor de bebidas, entre otras posiciones que va teniendo a lo largo de relación con ellos. Quell es uno más, es apreciado pero no es indispensable, y en la medida que la reciprocidad no es mutua, poco probable sea que el mismo Quell sienta que estar con su Maestro sea igualde indispensable.

Paul Thomas Anderson logra ese clásico estilo intimista, profundo y de cero empatía con sus protagonista. Nos muestra, nos cuenta pero no nos involucra. Deja que cada escena y cada fotograma, nos convoquen a entender, a pensar y a evaluar, no a tomar partido. Y definitivamente, en The Master, no hay forma de tomar partido. Sus personajes son ajenos, están ahí pero solo ahí, en la pantalla. El acercamiento viene con la imagen, con la angustia de esos espacios sombríos, melancólicos, caóticos y perturbadores. Viene con los flashbacks, con la música y con los extensos y perfectos diálogos. Solo tres escenas del filmes, dan cuenta de la importancia de los diálogos, de las miradas y de las potencia de ambas: la entrevista del Maestro sobre Quell, la pelea en la cárcel y el final.

Ahora y desde un lugar más subjetivo, admito que Paul Thomas Anderson hizo una película demasiado larga. Hay momentos que podrían haberse obviado, muchas escenas reiterativas con un mismo significado (quizás a propósito o no) pero que quitaron mucho de la poca fluidez que debería haber tenido el filme. A pesar de ello, el guión es excelente, la dirección es impecable , música y fotografía merecen un cuadro destacado aparte, y las actuaciones son el postre de la cena. Pero (siempre hay uno) no termina de cerrar, hay algo en la nebulosa de Anderson que no logra que ésta sea una obra más brillante o maravillosa. Está ahí de serlo, pero (otra vez está) todo lo sobresaliente no termina siendo suficiente para que uno salga del cine diciendo este pibe es la gloria (me paso con Petroleo Sangriento y ni les digo con Magnolia).

En cambio, Phoenix renace en un papel que se siente como propio, pareciera que respiraba a ese borracho psicótico. Hoffman es un diez siempre, no hay manera de revalidar su trabajo porque siempre se supera. Aquí logra una de sus mejores performance, creo que hasta el propio Hubbard desearía tener ese poder de oratoria. Y Adams, logra un papel extremadamente justo y equilibrado

La película recibió tres nominaciones en los premios Oscar, pero lamentablemente no se llevó ninguno: Amy Adams como Mejor Actriz de Reparto, Phillip Seymour Hoffman como Mejor Actor de Reparto y Joaquin Phoenix como Mejor Actor, The Master es -sin dudarlo- de esas películas que todo amante del cine no puede dejar de ver.

@Belloysublime