The Master

Crítica de Rodolfo Weisskirch - A Sala Llena

Clase de Cine

Se deben contar con las manos los directores que pueden confluir un relato original, ambiguo, que consiga despertar interés por las sensaciones que intenta generar, que amalgame una osadía visual, pero a la vez un concepción del armado de los encuadres meticuloso, pensar cada plano en forma individual, cada secuencia como unidad visual, única, pero a la vez que en el producto final signifique mucho más que una escena, conseguir crear personajes extraños que no abusen de su extrañeza, que tenga anclaje en personas reales, pero tomando vida propia, gracias al trabajo de un elenco que no busca destacarse por su rostro bonito sino por un talento para componer, crear, ocultar sentimientos o explotar, mostrando una gama de rostros diferentes según lo que solicite la escena...