Testigo de otro mundo

Crítica de Diego Curubeto - Ámbito Financiero

En la década de 1980 un chico de origen guaraní, que vivía en medio del campo argentino, tuvo un encuentro con un OVNI que, para muchos expertos internacionales, es uno de los casos más interesantes de este fenómeno. Alan Stivelman, director de "Testigo de otro mundo", decidió buscar a este chico, Juan Pérez, ahora adulto, y lo halló convertido en una persona aislada de sus semejantes y perturbado por aquel encuentro cercano que nunca pudo entender del todo. Para analizar su experiencia, trajo a la Argentina al astrofísico Jacques Vallée (el asesor elegido por Steven Spielberg en "Encuentros Cercanos del Tercer Tipo"), quien ya había estado en nuestro país cuando ocurría ese caso.

El resultado es una película fascinante, que explora el tema de una manera distinta de los programas del estilo "Alienígenas ancestrales", ya que lo hace desde un punto de vista personal, alejado de los lugares comunes de la pseudociencia, empezando por la presencia de Vallée y centrándose en la conexión entre antiguas culturas originarias, como la guaraní, con fenómenos supuestamente extraterrestres. Si en lo formal la película resulta un tanto artesanal, y hasta desprolija, se debe a que muchos de los testimonios fueron obtenidos de manera sorpresiva por el mismo director, desprovisto de su equipo técnico, lo que por otro lado le da al conjunto un alto nivel de verosimilitud difícil de encontrar en otros documentales sobre encuentros cercanos. "Testigo de otro mundo" es uno de los mejores testimonios sobre el misterio del fenómeno OVNI y es muy recomendable tanto para creyentes como para el público que jamas tuvo interés ni sabe nada sobre el asunto.