Tengo ganas de ti

Crítica de Adolfo C. Martinez - La Nación

Melodrama sin emoción

Tengo ganas de ti (España/2012) . Dirección: Fernando González Molina / Guión: Ramón Salazar, basado en la novela de Federico Moccia / Fotografía: Xavi Jiménez / Música: Manol Santisteban / Edición: Irene Blecua y Verónica Callón / Elenco: Mario Casas, María Valverde, Clara Lago, Álvaro Cervantes, Marina Salas / Distribuidora: Alfa Films / Duración: 127 minutos.
Nuestra opinión: mala

En 2010, el director español Fernando González Molina rodó 3 metros sobre el cielo , film nunca estrenado en la Argentina, en el que una pareja de jóvenes vivía un apasionado romance hasta que ella decidía finalizar esa relación. ¿En qué situación anímica quedaba el protagonista? Tengo ganas de ti se convierte así en una secuela de aquella historia desde el momento en que Hache, el novio frustrado, vuelve a su tierra barcelonesa tras una temporada en Londres, donde se había refugiado del recuerdo imborrable de aquel amor.

Mientras el joven procura reconstruir su vida, Gin, una chica de espíritu libre y vital, le hace creer que es posible revivir aquella magia del pasado. Entre ambos nacerá de pronto una atracción que se verá interrumpida por una serie de acontecimientos domésticos que pondrán a prueba esa relación. Inesperadamente aparece en escena Babi, aquella antigua novia, y todo en la vida de Hache comienza a desmoronarse. Montado en su veloz motocicleta deberá enfrentarse con una serie de conflictos que, poco a poco, van ensombreciendo la trama, hasta un final inesperado.

El realizador se apoyó para contar esta historia en un guión sin fuerza ni emotividad, y así las peripecias de Hache conducen a la acción a un sinfín de arbitrariedades que complican todo el andamiaje de estas aventuras y desventuras que ese joven (y de los espectadores) deberán dilucidar entre la monotonía y la total falta de lógica de todo el entramado. Así el film se convierte en un melodrama sin atenuantes protagonizado con muy poca convicción por Mario Casas (un galancito muy de moda en España), al que secunda un elenco que hace todo lo posible (y nunca lo consigue) por tratar de convertir en creíbles sus personajes.