Tango en el Tasso

Crítica de Javier Porta Fouz - La Nación

Un documental dirigido por Acho Estol en el que Acho Estol aparece como uno de los retratados. No negaremos aquí la importancia de Estol en la nueva guardia del tango con su grupo La Chicana, en el que canta Dolores Solá, que también aparece en este largometraje. No hay dudas de que es justa la presencia de Estol y La Chicana en un documental como éste, la objeción es en cuanto a la elegancia de esa presencia, esa tercera persona forzada al estilo Maradona pero en forma de cine (yo director lo muestro a él, músico). La decisión cinematográfica es el problema, la ausencia de puesta en conflicto de ese detalle. Más allá de eso, de algunas declaraciones nacionalistas de un simplismo apabullante (Julio Pane), de alguna cámara en mano de más, el principal defecto de este documental es su amplitud de miras: el resurgimiento del tango, los grandes tangueros, las grandes tangueras, los nuevos tangueros, las anécdotas, lo "comercial", lo genuino, el éxito en el extranjero, el turismo musical y más temas.

Demasiados ángulos que alejan cualquier profundización y hacen muy difícil de evitar la sensación de haber conocido apenas la superficie. Ese defecto general, de todos modos, tiene sus beneficios: la superficialidad aporta a la gran seducción de este documental, al vértigo y al placer de ver y escuchar, de pasar de tantos grandes veteranos (Leopoldo Federico, Atilio Stampone, Horacio Salgán, entre otros) a otros que vinieron después (Pane, Adriana Varela, Rodolfo Mederos) y a los más jóvenes (Ariel Ardit, Fulvio Giraudo), incluso en combinaciones de diálogo musical y de conversaciones nada forzadas. Tango en el Tasso (Centro Cultural Torquato Tasso, lugar de San Telmo fundamental para el tango en Buenos Aires) es un muestrario ágil de la variedad y las conexiones de un género que hoy en día se parece muy poco, afortunadamente, a la galería museística y con olor a naftalina de principios de los ochenta y de Grandes valores del tango . Por otra parte, la dirección de un músico como Estol le permite a este documental sumar al placer musical de los registros en vivo el que generan un ojo y un oído entrenados para preguntar y conversar sobre detalles de interpretación que se integran con fluidez al espectáculo general.