Tabú

Crítica de Diego Faraone - Denme celuloide

Revelación

Pocas veces queda tan en clara y con una sóla película la grandeza de un director. Miguel Gomes es un cineasta portugués, un mal estudiante en general -según sus propias palabras- y un prestigioso crítico de cine que continúa una tradición de consagrados cineastas que también fueron críticos (Rohmer, Truffaut, Godard). En realidad Gomes ya había filmado A cara que mereces (2004) y Aquel querido mes de agosto (2008), que este cronista aún no vio (aunque reparará esas faltas con presteza) y entrega aquí una bellísima historia sugerente, humana, poderosa y rica en significados. Dividido en dos episodios, el personalísimo planteo está filmado integramente en blanco y negro, aunque en distintos formatos: la primera parte fue filmada en 35 mm y la segunda en 16 mm, notándose esa diferencia en el cambio sustancial en la granulación de la imagen durante la segunda mitad.
El primer episodio se ubica en Lisboa, en la actualidad. Una mujer está preocupada por la situación de su anciana vecina, quien se ve afectada por su propia ludopatía y por importantes delirios paranoicos. Arribada la segunda parte, esta historia es abandonada por completo y se plantea un inesperado salto hacia atrás, cincuenta años antes, situándose la acción en Mozambique, colonia portuguesa, en un contexto político y moral absolutamente diferente (notar el contraste entre las preocupaciones sociales de la protagonista durante la primera parte y el desinterés total generalizado en la segunda). Además de ser un homenaje inmenso al cine clásico -Tabú es también el nombre de la ficción-documental filmada conjuntamente por dos de los más grandes: F W Murnau y Robert J. Flaherty- la película plantea un brillante juego de confrontación entre una historia y la otra, planteando una exploración sobre el amor, sobre la percepción del paraíso (los únicos paraísos son los paraísos perdidos, decía Borges), acerca de la juventud y la vejez, y de cómo muchos nos olvidamos que detrás de esta vino aquella, marcándola a fuego con traumas, culpas y tabúes que determinan la personalidad.