Stella

Crítica de Fredy Friedlander - Leedor.com

“Stella”, presentado en el Ciclo “Les Avant-Premières 2010” es posiblemente el estreno más importante de la semana y seguramente uno de los más desapercibidos. Reducida su salida a pocas salas en tamaño DVD y sin nombres conocidos a nivel de actores y director, sería una pena que los cinéfilos lo dejen pasar de largo.

Sylvie Verheyde, su realizadora, sólo tenía en su haber dos largometrajes anteriores, desconocidos en Argentina. El tercero que ahora nos llega es un relato fuertemente autobiográfico ambientado hacia 1977, año en que ella tenía algo más de diez años. Su alter ego es encarnado por una joven debutante (Léora Bárbara) de extraordinaria expresividad.

Stella es una niña cuyos padres conforman una pareja que no se lleva muy armoniosamente y que regentean un bar y pensión de un barrio de Paris (13º arrondissement). La madre, interpretada por Karole Rocher, que ya estuvo en los dos largometrajes anteriores de Verheyde, no le presta mucha atención a la hija y flirtea con algún cliente mientras que el padre (Benjamín Biolay) en cambio intenta transmitirle cariño.

La familia proviene del norte de Francia, más precisamente de la misma región donde está ambientado otro reciente film galo: “Bienvenido al país de la locura”, el mayor éxito francés de la historia y donde se habla el “Ch’ti”, dialecto de difícil comprensión. La llegada a Paris y el ingreso de la niña a un colegio parisino de clase media alta no se revela tarea fácil, ya que sus nuevos compañeros se burlan en general de ella. Los problemas de conducta y natural distracción y poca constancia de Stella le traerán problemas con varios de sus profesores.
Su relación amistosa con Gladys (Mélissa Rodrigues), cuyos padres son curiosamente emigrantes de Argentina y más precisamente activistas vinculados al ERP, producirá un vuelco en la vida de Stella de la que saldrá fortalecida. Ambas niñas frecuentarán sus respectivos hogares y establecerán una relación de fuerte camaradería y complicidad.

Este cronista tuvo oportunidad de vivir en casi la misma época en lugares cercanos a aquél donde transcurre la acción del relato y certifica que la reproducción de la época es impecable, incluidos el ambiente familiar de clase media y la música prevaleciente. En ese período estaban de moda Eddy Mitchell, la diva popular Sheila y los cantantes italianos, que son muy bien rescatados por la banda sonora del film.

Cabe agregar finalmente que entre los personajes que frecuentan el café de la familia se encuentra uno interpretado por Guillaume Depardieu, hijo de Gérard, que falleciera trágicamente pocos meses más tarde.