Splice

Crítica de Rodrigo Chavero - El Espectador Avezado

Jugando a ser Dios

A Vicenzo Natali, el director de "Splice", lo conocemos por "Cube". No se si la recuerdan, fue una gran película de ciencia ficción y suspenso a fines de los noventa. Ya en aquellos lejanos años, Natali había pensado el guión de esta historia. En este tiempo, decía él, las condiciones no estaban dadas (desde el punto de vista de la tecnología) para abordar al personaje principal de la trama, como esta se merecía. Así es como en 2009, con libro y presupuesto listo, se dispuso a traernos esta producción donde un par de científicos juegan a ser Dios, dando a luz a un ser mutante de condiciones únicas.

Los genetistas de este tiempo (y seguramente del pasado inmediato también), juegan a combinar diferentes secuencias de ADN para lograr nuevas características en seres vivos con diferentes fines. Por ejemplo, en "The rise of the Planet of Apes", aparece como la búsqueda de antídoto para enfrentar el Alzheimer. Digamos que hay una tendencia a fortalecer y mejorar la inmunización de ciertos especímenes. También, porqué no, de lograr vacunas y tratamientos para enfermedades de larga data que no tienen cura entre los humanos. Aquí, se aborda el hecho de procurar crear un individuo partiendo genéticamente de sujetos ya afectados por químicos. No nos vamos a asustar de la idea, pero sí de cómo se la trabaja en esta cinta.

Clive (Adrien Brody) y Elsa (Sarah Polley), son la pareja de investigadores sobre la cual girará la historia. Llevan varios años juntos y se desempeñan en la misma sección, compartiendo algunas visiones del mundo y otras no. De hecho, Elsa tiene inquietudes de integrarse en una familia y Clive rechaza la idea (esto juega bastante en el film y ya verán porqué). Cierto día, luego de una serie de eventos fallidos serios en el laboratorios, la compañía para la cual trabajan decide cerrar el experimento que venían haciendo para crear híbridos animales. Conmovidos por la noticia, los dos decidirán rescatar a la criatura nacida de la unión de dos especímenes y llevársela a vivir con ellos. Será bautizada Dren (el nombre de la rama en la que se desempeñan los dos sería Nucleic Exchange Research & Development - NERD, pero al revés) e inciará un camino de evolución muy extraño donde madurará hacia formas complejas y desconocidas para la ciencia hoy en día.

Los tres vivirán un triángulo de peligrosas aristas en el cual se mezclarán emociones intensas, asombro y traición. La película buceará sobre las motivaciones intrínsecas y creencias de Clive y Elsa, enfrentadas a los cambios que Dren tendrá y que nadie podrá anticipar. Habrá debate filosófico y también suspenso, en el marco de un clima inquietante en el que cualquier cosa, puede pasar.

"Splice" parte de una premisa interesante y cuenta con prestigiosos actores para sostenerla. Durante gran parte del metraje, el film se deja disfrutar dado que Natali dosifica bien la progresión de eventos y da tiempo al espectador para que construya sus propias representaciones sobre lo que realmente sucede. El problema es que al llegar al clímax, la resolución del conflicto parece demasiado tosca y rudimentaria, como si se desentendiese de la línea cientificista que venía construyendo pacientemente desde el inicio. Ese esquema hace que el resultado final no sea todo lo satisfactorio que podría haber sido. De hecho, le resta bastante a la película.

Entendamos que esta es sólo una impresión (la mía) y que quizás no suceda lo mismo con ustedes. Me inclino a pensar que "Splice" es un producto aceptable pero que no supera la media por su deslucido y descalibrado final. Veremos si su demorado estreno concita la atención de nuestro público entonces...