¿Sólo amigos?

Crítica de Hugo Fernando Sánchez - Tiempo Argentino

Una comedia simpática

En el universo de films que se centran en la imposibilidad de la amistad entre un hombre y una mujer, ¿Solo amigos? sería algo así como un planeta chiquito o apenas un satélite. Sin embargo, será un astro pequeño o un planetoide, pero tiene una luz propia, continuando con la metáfora cósmica.
Wallace (Daniel Radcliffe) viene golpeado después de que su novia lo engañara y abandona sus estudios de Medicina y se flagela con un trabajo mediocre, mientras que Chantry (Zoe Kazan) trabaja como animadora gráfica y está más o menos bien con su novio Ben (Rafe Spall).
Wallace y Chantry se conocen en una fiesta y comienzan una amistad llena de malos entendidos, supuestos y claro, el enamoramiento que surge inevitable aunque los protagonistas no lo quieran reconocer. La pregunta es qué harán los personajes y la película con eso.
Después de la experiencia ineludible de Harry Potter, Daniel Radcliffe emprendió la titánica tarea de despegarse de la saga del niño-adolescente mago. Así probó con el terror clásico en La Dama de Negro, visitó a la Generación Beat y fue Allen Ginsberg en Amores asesinos y ahora llega a la comedia romántica en plan Woody Allen británico –un poco torpe, un poco perdedor– de la mano del director canadiense Michael Dowse.
Así, cuidadosamente, ¿Sólo amigos? muestra todos los mojones de este subgénero de la comedia romántica y los va sorteando con inteligencia. Wallace es el atormentado candidato que le promete sólo amistad a Chantry, que tiene una relación estable con Ben, un buen tipo que no se merece que le soplen la novia.
Desde este lugar incómodo es que el héroe de la historia tiene que trabajar, aun cuando no lo reconoce, para ganarse a la encantadora Chantry, con tantas dudas como principios inquebrantables sobre la pareja, el trabajo y el futuro.
Con muchos de los tips del cine independiente americano, sólidos secundarios –buen trabajo de Adam Driver, el de la serie Girls–, leve, fácil de ver, ¿Sólo amigos? es simpática, agradable e inofensiva. Un producto tan calculado como bien hecho.