Sin hijos

Crítica de Diego Curubeto - Ámbito Financiero

Comedia bien actuada pero sin gracia

Diego Peretti está separado, no le resulta fácil rehacer su vida sentimental, y entonces pone todo el foco en su hija de 8 años. Eso hasta que retoma contacto con un viejo amor idílico, Maribel Verdú, que está lista para salir con él, poniendo una condición derivada del hecho de que detesta a los chicos.

Así está planteada esta comedia que, en realidad, no es demasiado graciosa, lo que sin lugar a dudas es su principal problema, dado que está bien filmada y actuada.

La doble vida del protagonista para mantener vivo su romance no es muy verosímil y resulta más patética que divertida, y la ausencia de auténticos gags no ayuda. Cuando Peretti debe vaciar su casa de juguetes para recibir a su nueva novia, la sensación es más artificial que otra cosa y, evidentemente, el planteo naturalista de la imagen no sirve para derivar el asunto en alguna dirección más delirante que funcione más con un tono de comedia que es finalmente a lo que aspira "Sin hijos".

Otro problema del guión es que no hay auténticos fundamentos para que el personaje de Maribel Verdú tenga esa fobia a los niños, lo que por otro lado sirve para que toda la trama tenga resoluciones más bien previsibles.

Diego Peretti es un actor lo bastante talentoso como para sostener casi solo el interés del film y de bancarse situaciones tiradas de los pelos, pero no tanto para darle humor a todo el film. Por lo demás, la fotografía es muy solvente y hay buenas actuaciones de reparto de actores como Pablo Rago.