Sin escape

Crítica de Emiliano Basile - EscribiendoCine

Resistiré

Nunca en el cine, la trama del fugitivo fue utilizada tan originalmente como en Sin escape (Der Räuber, 2010). En la película de Benjamin Heisenberg no hay una sola persecución y, sin embargo, la historia acerca de este personaje tan escurridizo como resistente está plagada de tensión. Basada en una historia real.

Johannes Rettenberger (Andreas Lust) cae preso por su pasado de asaltante de bancos. El personaje nunca es juzgado por su accionar, hace lo que sabe hacer sin intenciones de perjudicar a secundarios. Una vez en prisión corre en círculos como un hamster en su ruedita. El tipo se entrena como una máquina pero no con el fin de ser imbatible, sino simplemente su esencia lo lleva a ser así. Robar bancos no tiene un motivo –o al menos nunca lo sabemos- sencillamente lo hace. Este accionar lo transporta a ser consagrado en una maraton como deportista pero también le traerá muchos problemas con la Ley.

Sin escape es una película que se dedica a describir y, para realizar esa descripción, sigue a su protagonista de cerca. La cámara está en constante movimiento como el personaje, pero no se desplaza de un lado a otro sino en círculos. El personaje está acorralado –el sin escape del título- pero en continuo movimiento. Los movimientos de cámara y la puesta en escena por un lado están a disposición de seguir de cerca al personaje como si en un seguimiento persistente podamos decifrar sus decisiones internas y los motivos de su comportamiento y, por el otro, también encierra al personaje en su propia acción, lo acorrala, lo incomoda, lo aprisiona en su reiteración.

El director elabora de esta forma un premio a la resistencia (como es demostrado en la carrera) y como el mismo comportamiento produce una respuesta negativa dela sociedad. Así, en la primer parte es la mujer que conoce el punto de referencia del espectador, generando empatía con ella y rechazando las actitudes del personaje, paradójicamente consagrado socialmente en la maratón. Mientras que en la segunda mitad del film, cuando la trama del fugitivo se impone nos identificamos con el personaje y sus astusias para eludir a la fuerza policial así como su resistencia para no dejar de correr nunca, de por sí admirable.

Un film inteligente en su construcción, que pone todo el dispositvo cinematográfico al servicio de describir la virtud de un individuo, independientemente de las connotaciones positivas o negativas que pueda tener luego. Y de esta manera, nos invita a la reflexión.