Sherlock Gnomes

Crítica de Pablo O. Scholz - Clarín

Es la secuela de Gnomeo y Julieta (2011), también con producción ejecutiva de Elton John (no faltan los “cameos” u homenajes o guiños o como quieran llamarlo del músico), y hay tantas canciones del autor de Sacrifice que Sherlock Gnomes bien podría considerarse un musical de Elton John.

Pero no vayamos tan a fondo.

Los personajes centrales de aquel largo animado suman aquí a la pareja de investigadores, Sherlock Holmes y Watson. Ambos están tras la misteriosa desaparición de varios enanos de jardín. Gnomeo, Julieta y los padres de ella se han mudado del campo a la ciudad (Londres), y en un jardín que está bastante descuidado.

Detrás de todo estaría Moriarty, némesis de Holmes -hay que ver cómo es representado-, pero el filme también tiene una vuelta de tuerca.

No abunda el humor, por cierto, o el que está no arranca más que muecas. La sorpresa inicial se desvanece al poco tiempo. Y no es que sucedan pocas cosas sino que lo que sucede interesa poco.

Dirigida por John Stevenson (codirector de Kung Fu Panda), vaya como anécdota en nuestro país que las voces originales son de Johnny Depp (Sherlock), James McAvoy (Gnomeo) y Emily Blunt (Julieta) Chiwetel Ejiofor (Watson), ya que la copias son en castellano.