Samurai

Crítica de Santiago García - Tiempo Argentino

El camino del gaucho

El western no es un género muy cultivado en la historia del cine argentino, aun cuando algunos de sus temas aparezcan a lo largo de nuestra historia. Mucho menos se ha trabajado en el cine argentino una línea narrativa vinculada a los samuráis. Y así, sin aviso previo, tenemos ya un western protagonizado por un samurai y un gaucho.

Dos seres solitarios claramente emparentados con la figura del cowboy de las películas del oeste. Hombres de pocas palabras y de un deambular permanente, parece que no ha sido esta la clase de personajes que interesaron en nuestra cinematografía. Gaspar Scheuer arma una película única dentro del cine argentino. El hecho de que el film comience hablado en japonés sin duda nos coloca en un espacio totalmente nuevo para nosotros, pero eso no es lo único. El tratamiento de la imagen es maravilloso. Cuando el cine argentino era malo, había un elogio que consistía en decir "no parece argentina". Ahora que el cine nacional realmente está bien, igual hay que decir que Samurai no parece argentina. Y no parece porque sus imágenes son de una belleza distinta, sus personajes se corren de los espacios fácilmente reconocibles dentro del cine nacional. Takeo es un joven samurai que se cruza con un gaucho en su camino por Argentina. Fines del siglo XIX. La familia de Takeo se ha ido de Japón para probar suerte en Sudamérica. Pero el abuelo, fiel al último gran samurai, Saigo, cree que este se ha exiliado en Argentina y que deben encontrarlo. Entre la tierra nueva y la tradición, Takeo emprende un camino exterior e interior que le dará el corazón a la película. Él y el gaucho Poncho negro entablarán también una amistad que atraviesa todo el relato. Bella, verdaderamente sugestiva y hasta emocionante, Samurai no sólo es una gran película, también es la propuesta nacional más original de este año.