Samurai

Crítica de Hugo Zapata - Cines Argentinos

Una película que presenta un concepto interesante, algo que precisamente no abunda en el cine argentino.
Este relato del director Gaspar Scheuer propone un atractivo encuentro entre dos figuras históricas como el samurái y el gaucho.
La trama transcurre a fines del siglo 19 donde un joven japonés descendiente de un samurái trata de encontrar al icónico líder guerrero Saigo Takamori en tierras argentinas.
Por cierto, el personaje de Kent Watanabe en El último Samurái (Tom Cruise) estuvo basado en Takamori, que también aparecía en el clásico animé Revenge of the Ninja Warrior del estudio Madhouse.
Lo cierto es que el protagonista debe emprender su viaje en una tierra hostil donde se encuentra con el gaucho Poncho Negro (Alejandro Awada), que es un ex combatiente de la Guerra del Paraguay.
De esa manera se gesta una atractiva relación de camaradería entre estos dos personajes que de algún modo son los últimos eslabones de dos culturas que parecen no tener lugar frente al avance del mundo moderno.
Samurái lamentablemente no pudo ser inmune a ese gran virus que afecta al 95 por ciento de la producción nacional, que es un guión que no va a ninguna parte y termina por desaprovechar un concepto interesante.
La trama comienza muy bien y es atractiva por el conflicto que vive el protagonista. Sin embargo, con el transcurso del tiempo, la historia se pierde con numerosas situaciones intrascendentes que no explota el potencial que tenía la premisa del film.
Es decir, la película conceptualmente está buena pero nunca llega ser entretenida y tal vez en ese punto resida su mayor debilidad argumental. No es un film que emocione o te mantenga pegado a la pantalla por las situaciones que vive el protagonista.
Hace 40 años atrás Sergio Corbucci (Django) o Enzo Castellari (Keoma) trabajaban esta misma idea y la rompían con un peliculón.
En este caso Takeo, el protagonista, trata de encontrar su lugar en otra cultura, en un mundo peligroso y violento que atraviesa cambios revolucionarios y sin embargo su experiencia junto al gaucho Poncho Negro (Alejandro Awada) la vive más como un estudiante de reiki que un descendiente de samuráis.
La película se pierde demasiado en las alegorías y le faltó una buena dosis de western en serio.
En el caso de este estreno prefiero quedarme con los aspectos más técnicos de realización que es donde el trabajo del director Scheuer sobresale.
Hace muchos años que no veía una propuesta local con la tremenda fotografía que tiene esta película.
Jorge Crespo hizo un trabajo brillante en este campo y merece ser destacado. La belleza de las imágenes es realmente imponente y se nota que buscaron brindar un buen producto visual que se pueda disfrutar en el cine.
Por otra parte el director supo sacarle jugo a los paisajes naturales de San Luis y la reconstrucción histórica del siglo 19 está muy bien lograda. El film logra transportarte a ese mundo desde las primeras escena y eso es genial.
El trabajo que brinda el elenco es realmente muy bueno y se destacan principalmente Nicolas Nakayama (todo un hallazgo el protagonista) y Jorge Takashima que tienen muy buenos momentos.
Samurai no es una película apasionante pero está bien hecha y ofrece una propuesta diferente dentro de la producción nacional que se puede tener en cuenta.