Roslik y el pueblo de las caras sospechosamente rusas

Crítica de Catalina Dlugi - El portal de Catalina

Es un muy interesante documental que trata un caso famoso en el Uruguay que posiblemente sea descubierto e iluminado por este film realizado por Julián Goyoaga. Cuenta la historia del último asesinado por la dictadura uruguaya, que todavía esta impune porque la “ley de caducidad” ha sido legitimada en las urnas. En el plácido y tranquilo pueblo San Javier, del interior del Uruguay, cercano a Paysandú, Vladimir Roslik pago con su vida, luego de ser brutalmente torturado y detenido por segunda vez, el ser descendiente de inmigrantes rusos y de haber estudiado medicina por una beca en la universidad Patrice Lumumba de Moscu. Los militares, en el último año en el poder, creyeron ver en ese pueblo, como dice el título, un centro de adoctrinamiento comunista donde supuestamente se descubrieron armas aunque solo vieron “mamuskas” y libros. El film, que incluye inspiradas animaciones, tiene los testimonios de la viuda, el hijo, los amigos, los vecinos de Roslik, Pero también los audios de quienes en el lugar eran los que pensaban que “por algo habrá sido”. La radiografía exhaustiva de lo que ocurrió.