Rosita

Crítica de Santiago García - Leer Cine

Lola es una madre joven y ya con 3 hijos: Gus, Alejo y Rosita, todos de padres diferentes. Trabaja en un salón de belleza. Con su madre internada y sin más familia, Lola lucha por sostener a sus chicos y vivir. Cuando aparece su padre, Omar, a reparar su ausencia y le ofrece una casa y ayuda, Lola acepta. En una decisión apresurada pero obligada por las urgencias, Lola se muda a la casa de Omar. Un día deja a los chicos al cuidado de él para pasar unas horas con su novio, pero cuando vuelve a casa se encuentra a los dos varones solos jugando a la Play y ni rastros de Omar ni de Rosita: ambos han desaparecido.

De la simpleza de la historia inicial la película se transforma en un film de suspenso. No en el sentido policial, sino de la angustia de no saber qué ha pasado y que puede pasar. La niña y el abuelo vuelven sanos y salvos, pero la versión de lo que ocurrió durante la ausencia de ambos es rara, por momentos parece inventada, y Rosita comienza a angustiarse cada vez más.

Lejos de cualquier agenda coyuntural, Verónica Chen decide contar una historia original cuya resolución muestra una complejidad no muy habitual en el cine argentino. Los personajes se van desarrollando poco a poco y muestra una sensibilidad que habla a las claras de una realizadora inteligente y atenta. La película sorprende en el sentido más humano del término.