Rigoletto en apuros

Crítica de Amadeo Lukas - Revista Veintitrés

Dustin Hoffman, intérprete excepcional, casi un indiscutido, es también una figura entrañable, incluso componiendo algún personaje despreciable. Esa característica parece haberla trasladado a este formidable debut como realizador, en el que todo es encantador, disfrutable e irresistible, aún en sus toques melodramáticos. Da la sensación que Hoffman previamente haya codirigido alguna de las decenas de películas que ha protagonizado, ya que su talento parece expandirse y alcanzar al director y los diferentes elencos que ha integrado. Pero lo que sí es seguro es que ha acumulado la experiencia suficiente como para aplicarla con destreza en esta primera obra suya detrás de cámaras, Rigoletto en apuros Ambientada en una residencia para músicos retirados, un variopinto abanico de artistas expresa allí su pericia en el canto, la ejecución y hasta el baile. Pero el lugar está al borde de la clausura, y para recaudar fondos organizará un concierto de distintos géneros en los que prevalece lo operístico, con la presentación de un número muy especial, el del Cuarteto (que le da título original al film), formación ideal para versionar el Rigoletto de Giuseppe Verdi. El arribo a la mansión de una renombrada voz será fundamental para el cierre de esa gran gala, pero para ello se deberán salvar antiguos conflictos de ego y algunos más profundos.
Inspirada en una obra teatral y poblada de diálogos deliciosos, Quartet es una suerte de sonata interpretativa. Casi todos los actores que forman parte del elenco deslumbran con performances en las cuales dejan traslucir su propia realidad dentro de su arte. Esos maravillosos músicos y cantantes líricos son también ellos mismos dando testimonio de su virtuosismo en la extrema madurez, especialmente el citado cuarteto y la fenomenal Maggie Smith, por dar un nombre.

Para deleitarse y emocionarse sin pausas, de principio a fin del metraje.