Rey de ladrones

Crítica de Javier Porta Fouz - La Nación

Un relato alrededor de un gran golpe criminal ocurrido en 2015 en Londres: una banda de ladrones veteranos que robaron cajas de seguridad. En 2017 ya hubo una película sobre el hecho, The Hatton Garden Job, con menos estrellas y menos producción que Rey de ladrones. Aquí tenemos algo así como la primera línea de actores británicos de más de 60 años: Michael Caine, Tom Courtenay, Ray Winstone y Jim Broadbent. Y también al irlandés Michael Gambon. Esta película de James Marsh -ganador del Oscar al mejor documental con Man on a Wire- puede desorientar a quienes esperen la típica película de "gran golpe" (heist o caper movie), como por ejemplo la ya clásica Faena a la italiana ( The Italian Job, 1969), con el propio Michael Caine y aquí citada, junto con otras películas de los protagonistas, en el momento más imaginativo del film.

Rey de ladrones tiene al robo no como punto de llegada, sino como punto de quiebre; su tono dominante no es el cómico (aunque a veces dude), y la liviandad y la velocidad le son mayormente ajenas. Esta película es un drama policial acerca de unos señores mayores preparando un plan, ejecutándolo y teniendo que lidiar con las consecuencias. En cada escena, tenga el tono que tenga, incluso en los momentos menos ajustados del relato, Michael Caine está exacto, preciso, convencido y convincente, siempre mejor que la película, como le pasó tantas otras veces en su carrera.