Red 2

Crítica de Alejandro Franco - Arlequin

Red 2 es la secuela de Red, la cual era una comedia de espionaje basada en una novela gráfica. La gracia de Red consistía en reunir a un grupo de veteranos notables y ponerlos en el rol de estrellas de acción, algo así como The Expendables pero con jubilados (bah, The Expendables estaba hecha con jubilados!). Pero en vez de tener a un Stallone o un Schwarzenegger, teníamos a una Helen Mirren (que cada día está más sexy), un Morgan Freeman o un John Malkovich. Aquí las bazas son similares, con el aditamento de Anthony Hopkins y Catherine Zeta Jones como estrellas invitadas. A ciencia cierta Red 2 es una película mala - la trama no tiene pies ni cabeza, y los agujeros de lógica son enormes -, pero toda esta gente reboza tanto carisma y tanta gracia que uno termina viendo el filme como un placer culpable.

La historia es horrenda. La excusa es la búsqueda de un antiguo dispositivo de la Guerra Fría - una bomba atómica de bolsillo -, el cual se creía inexistente. El problema no es la bomba en sí, sino las cosas que inventan los guionistas para hacer que el trío principal se ponga en camino, investigue algo, y viaje de un país a otro mientras esquiva balas por todos lados. Todo es muy traído de los pelos, y la única gracia que redime al filme es ver a todos estos actores veteranos en acción, regodeándose con pasos de comedia. En sí Red 2 no difiere demasiado de La Nueva Gran Estafa: el argumento era casi inentendible, pero uno la pasaba bomba viendo a un grupo de actores ultra cool haciendo sandeces con una gracia enorme. Acá los ladrones de escenas pasan por Mary-Louise Parker (que viene en un apurado comeback en los últimos años) y John Malkovich; Bruce Willis es eficiente como siempre, y Helen Mirren tiene la oportunidad de mofarse de sí misma en un par de ocasiones (haciéndose pasar como una chiflada que se cree la reina de Inglaterra... papel por el cual estuvo nominada al Oscar en el 2006). A estos se suman el ultra carismático Byung-hun Lee (del western asiático de culto El Bueno, El Malo, El Loco) y Anthony Hopkins. Curiosamente el que anda más flojo de todos ellos es Hopkins, quien hace de científico loquito y ausente pero carece de alguna línea que le haga brillar un segundo al lado del resto (o será que no tiene tanto brillo para la comedia).

Si uno se olvida de la historia verá que Red 2 es una pasada. Los diálogos tienen chispa, las persecuciones son graciosas - hay una con un Citroen 2CV por las calles de París que es para morirse de risa -, y los personajes son deliciosos. La macana es que la trama ha sido escrita por guionistas vagos, los cuales no han puesto el mínimo empeño en mantener cierta coherencia mínima de las cosas - la gente muere y revive como si nada, se caen desde alturas enormes y salen caminando, y ni siquiera el carismático villano anticipa la movida final, tan obvia como torpe -. Es una lástima que haya semejante desidia en una producción adornada con un cast de lujo porque, con un poquito de voluntad, Red 2 hubiera resultado algo memorable en vez del producto actual, el cual se parece más a una película hogareña hecha por talentosos en sus ratos libres.
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