Reconstruyendo a Cyrano

Crítica de Pablo E. Arahuete - CineFreaks

Por amor al arte

Vocación, batalla de egos, trabajo, riesgo, creatividad, amor por sobre todas las cosas a lo que se hace, elementos que configuran el pequeño mundo del teatro independiente y que se refleja en el derrotero de este documental, dirigido por Eduardo De la Serna (uno de los responsables de El ambulante) y que funciona como dispositivo para adentrarnos en la caótica pero a la vez fascinante vida de los hacedores del teatro independiente argentino.

Reconstruyendo a Cyrano parte de una anécdota que puede resumir la realidad de muchas obras atravesadas por diferentes contingencias de la cotidianeidad y que requieren de la capacidad y la voluntad de sus responsables para salir airosas. En este caso particular, tal como explica a cámara el director Pablo Bontá, responsable de la puesta Cyrano, un vodevil franco argentino, obra alternativa que tras recibir tres nominaciones a los premios ACE debió levantar dado que su protagonista Héctor Segura abandonó el proyecto por temas personales.

Ese percance implicó la búsqueda de un nuevo Cyrano pero también la adaptación de este personaje a las cualidades del actor Diego Fregeido, quien tuvo que compartir cartel con el actor que quedó a la deriva tras el portazo de Segura: Enrique Iturralde, acostumbrado a lidiar con este tipo de desventuras dada su cercanía al universo teatral (trabaja hace muchos años como prensa en el Teatro Cervantes) hace varias décadas.

Sin embargo, sin quedarse en la superficie, Eduardo De la Serna logra bucear en la intimidad de sus personajes tanto en los ensayos como en la puesta en marcha de la obra con una cámara que no atosiga pero que les respeta la intimidad y logra captar retazos de verdad, así como mostrar desde varios ángulos las posibilidades e imposibilidades de este tipo de proyectos donde el único fracaso es no intentar hacer lo que se siente.