Re loca

Crítica de Pablo E. Arahuete - CineFreaks

Con la catarsis no alcanza

La versión argentina de la comedia producida por Netflix Sin filtros tiene la particularidad de que a pesar de los cambios con la original chilena nada de lo que se modificó sirvió para salvaguardar a Natalia Oreiro en uno de sus roles más pobres en lo que hace a su carrera cinematográfica. Y si a eso le sumamos un desnivel notorio a la hora de compensar situaciones dramáticas con pseudo situaciones graciosas, Re-loca no es otra cosa que un ejercicio más o menos aceptable de catarsis en pantalla grande.

Los secundarios cumplen con mucha más eficacia sus roles que la propia protagonista en plan mujer sumisa al comienzo, que soporta con cara de perrito faldero humillaciones de todo tipo por parte de las personas que la rodean, para transformarse en una suerte de Bombita Rodríguez versión femenina y bizarra donde la actriz uruguaya se encuentra a sus anchas, aunque en ningún momento sus acciones intempestuosas mueven los labios para regalarle al menos una tibia sonrisa.

Así las cosas, el poco equilibrio entre el drama y la comedia, acentuado en la primera mitad hacia el melodrama novelero juegan en contra de la frescura que se suponía la parte cómica que deja bastante que desear. Apenas atisbos con los aportes de Fernán Mirás en piloto automático y un Diego Torres ajustado para el papel de pollerudo. Malena Sánchez como Millenial demuestra su ductilidad para la comedia y sobre todo para el timing que requiere hoy por hoy cualquier sitcom que se precie.

Para pasar el rato alcanza, para disfrutar de Natalia Oreiro vean Gilda.