Re loca

Crítica de Jorge Marchisio - Loco x el Cine

Pilar está llegando a los cuarenta y su vida dista mucho de ser feliz y pacífica. Su pareja es un vago mantenido con aires de artista, su hijastro le vive faltando el respeto, su mejor amiga no para de hablar de ella misma y su ex mientras vive mirando el celular, su hermana es obse de los gatos y en el trabajo no la respetan y para colmo una chica sin estudios se queda con su puesto. Todo cambia cuando hace un ritual, que la convierte en alguien distinta. Ahora Pilar no puede controlar los impulsos de decirle a la gente lo que piensa.

Hoy nos toca hablar de Re loca, película que es un remake de un film chileno, que ya tuvo su versión española, y que la vimos hace unas semanas. Si, medio caótico, pero pasó así, y como ya nos conocen, hoy nos vamos a centrar solo en este film y no en los anteriores.

Re loca toca de forma jocosa, la supuesta crisis de los cuarenta en la mujer. ¿Y de qué forma lo hace? Es un poco debatible, porque si bien plantea algunas cosas interesantes, como mostrar que la mujer para ser feliz no depende de nadie más que de sí misma, también vemos un comportamiento que roza lo adolescente y que creemos, ninguna persona adulta haría algunas cosas sin pensar en las consecuencias.

1, 2, ultraviolento

Por suerte para la película, la tiene a Natalia Oreiro como protagonista. Y si bien por momentos parece que tiene una sobredosis de alguna bebida energizante, la charrúa se carga el film a sus espaldas y a base de carisma y talento hace querible una mujer que por momentos podría volverse odiable e insoportable.

Muchos se preguntarán si estamos ante una película feminista o solo apta para mujeres, y la verdad es que no. No hace falta ser mujer para poder entender las reacciones de Pilar, o para sentir angustia frente algunas situaciones, menos aún para reírnos de otras. Aunque muchas de estas últimas pecan de ser bastante inverosímiles.

Re Loca termina siendo una película correcta y ya, pese a que nunca tiene que ser tomada demasiado en serio. No por sus gags o por su actriz protagónica, sino por su contenido que se siente un poco desfasado para los tiempos que corren; aunque si podemos decir que es superior a su versión española.