Re loca

Crítica de Fernando Sandro - El Espectador Avezado

Remake del film chileno "Sin filtro", "Re loca", de Martino Zaidelis, tiene un elenco probado, con una protagonista de lujo, como mejor arma para la comedia, frente a un guion con ciertos problemas. ¿Quién no soñó alguna vez con poder decirle al mundo lo primero que se nos viene a la cabeza sin ningún tipo de represión? A Pilar ese sueño se le está por hacer realidad.
La ópera prima de Martino Zaidelis (mano derecha de Juan José Campanella en su productora "100 Bares", director televisivo del genial "Recordando el Show" de Alejandro Molina) es en realidad la tercera remake de una comedia de mucha popularidad en Chile.
Tiempos de globalización también cultural, del entretenimiento. Así como nuestras "Corazón de León", "Un novio para mi mujer", y "No sos vos, soy yo" (entre otras) tuvieron sus versiones para otras latitudes; Telefé se anima a su segunda versión de un éxito extranjero, luego del taquillazo que resultó Inseparables. Esta vez, la elegida fue la comedia trasandina "Sin filtro" de Nicolás López, mejor conocido en estas tierras por sus films de géneros moneda corriente en el Festival Buenos Aires Rojo Sangre.
Luego de su estreno en 2016, llegó su versión mexicana "Una mujer sin filtro", y la versión española "Sin rodeos" (estrenada en nuestro país hace semanas bajo el título "Sin filtros") dirigida nada más y nada menos que por Santiago Segura. ¿Qué tienen en común las cuatro versiones? – más allá de se la misma historia con ligerísimos cambios – que las cuatro cuentan en sus protagónicos con actrices de éxito seguro en la comedia.
Sí, "Re loca" puede ser una remake, un film ya visto tres veces, pero acá lo que cuenta es ver la nueva película de Natalia Oreiro. Una actriz que en televisión brilló más de una vez en la comedia, aunque en cine ha experimentado más dentro del drama con excelentes resultados.
Natalia es Pilar, una mujer con una vida plena. Una publicista exitosa, al borde de los 40, en pareja con Javier (Fernán Miras), artista plástico. Sin embargo, hay varios alertas. Javier la desatiende, a ella y al hogar; Pilar cumple más un rol de madre que de pareja. De remate, Javier tiene un hijo con ínfulas de triunfar mediáticamente, que no la respeta para nada.
En su trabajo las cosas tampoco parecen marchar sobre ruedas, le encargan relanzar una vieja campaña otrora exitosa. Pero esta vez debe trabajar en conjunto con una estrellita de la nueva era, Maia (Malena Sánchez); una it girl con millones de seguidores en las redes, que documenta toda su vida, y tratará de imponer su estilo. También está Pablo (Diego Torres), amigo y ex pareja de Pilar.
Una de esas amistades que no se entiende por qué no están en pareja. Pablo está a punto de casarse con Sofía (Gimena Accardi) una mujer que – con algo de razón – ve a Pilar como una amenaza, y no hace más que despreciarla abiertamente.
Sumémosle que su amiga Valeria (Pilar Gamboa) sólo la busca para contarle sus problemas amorosos, pero se dedica a revisar su celular cuando Pilar habla; más problemas con las instalaciones en el hogar; y la vida misma; y la nueva década; y ¡pum!. Pilar es una mujer sobrepasada al borde del colapso, que vive reprimiendo la furia que quisiera exteriorizar. Destino del guion, casualidad, lo que sea. Hasta que se cruza con un hombre que, cree, quiere arrojarse de un puente.
Resulta ser Salaberry (Hugo Arana), un gurú emocional que inmediatamente interpreta los problemas internos de Pilar y le enseña un conjuro para poder solucionarlos.
Cuando ella lleve a cabo todas las indicaciones, al día siguiente amanecerá renovada, sin ningún tipo de represión para mandar al diablo a todo aquel que se anime a cruzarla. Pilar se liberó y va a carajear sin pelos en la lengua. Tiempos de feminismo, de nueva liberación femenina. "Re loca" parece una comedia adecuada para estos momentos. Quizás esa sea su mayor diferencia respecto a sus otras versiones (eso que todas son contemporáneas): abiertamente habla de la liberación femenina, del empoderamiento frente al patriarcado.
Ese es el arma de doble filo de" Re loca". Si bien resulta ser una versión de un film que en todas sus versiones fue un éxito, también se encuentra atada a un guion que la encorseta y que más de una vez le resulta ajeno. Originalmente, más allá de ser dirigida por López,"Sin Filtro" es un producto de su protagonista Paz Bascuñán, con toda su idiosincrasia.
Por estas razones, las versiones mexicanas y españolas resultaron bastante fallidas en calidad.
"Re loca" la tiene a Natalia Oreiro con diálogos difíciles de remontar, esquemáticos, con frases no demasiado realistas como “¿Me regalás un abrazo?”, y algunas situaciones que quedan en un perjudicial limbo entre lo paródico, el cuasi grotesco, y la comedia de situación, y hasta la comedia dramática. La estética es más bien televisiva, publicitaria, de un costumbrismo de clase acomodada; y las inserciones de enfrentamiento a patriarcado que se le agregan a veces resultan contradictorias, confundiendo feminismo con una personalidad clasista.
Por suerte, el elenco se impone, y Oreiro ilumina todos los cuadros y nos saca varias sonrisas. Fernán Mirás ya se sabe que es un gran comediante, y aquí repite felizmente. Diego Torres, Pilar Gamboa (que ya se está volviendo un comodín/Droopy D) y Gimena Accardi también cumplen correctamente.
Finalmente, la película tiene un as secreto bajo la manga, si bien toda la atención lógicamente se la llevarán Oreiro y sus jocosas puteadas; si miramos más allá, descubriremos quién es el verdadero diamante de la película. Malena Sánchez es una Maia sencillamente perfecta. Es graciosa y odiosa (como el personaje debe ser) en partes iguales, y la joven actriz la compone con el decir, con el cuerpo, y con su actitud.
"Re loca" debería ser una carta de descubrimiento para futuros protagónicos de esta actriz que ya deja de ser promesa para convertirse en realidad. Martino Zaidelis debuta entonces con, una comedia possedora de mucho de fórmula, más reprimida de lo que debió ser; pero que gracias al talento de sus actores, y a un traslado a la coyuntura actual - más allá de algunas confusiones puntuales vale sobre todo el intento –, culmina como un producto popular que la taquilla puede abrazar sin analizarlo demasiado.