Rampage: Devastación

Crítica de Fernando Sandro - El Espectador Avezado

Basada en el clásico arcade, "Rampage: Devastación" de Brad Peyton es un placer culposo plagado de escenas disfrutables. Premisa, tres animales evolucionados en bichos gigantes rompen todo a su paso en la gran ciudad mientras un grupo de humanos intenta detenerlo ¿Qué esperamos con esa base? Cine en su más pura faceta de entretenimiento vacío. Justamente lo que entrega "Rampage: Devastación". Dwayne “La Roca” Johnson es actualmente uno de los más, sino el más grande, astros de acción en actividad.
Ese título, no solo se lo ganó a base de músculos, tiros, y cuadros riesgosos.
El ex WWE parece haber entendido a la perfección la fórmula, equilibrar testosterona con carisma. Sus películas ya son garantía de confianza, ya sea "Jumanji: En la selva" o las últimas de la saga "Rápido y Furioso" (justamente desde que entró él a la franquicia), su presencia asegura no solo mucho músculo, sino altas dosis de diversión.
Por su lado, Brad Peyton ya demostró su efectividad como director de películas con un presupuesto no necesariamente bajo, pero sí de espíritu libre. Juntos, son dinamita. A Viaje 2 y San Andreas no les pidan mucho, pero que son altos entretenimientos, no se puede negar. Por suerte, "Rampage: Devastación" es la oportunidad de reunirlos nuevamente.
Basada en el videojuego creado por la gente de Midway en 1986 para los arcade, pasando luego por plataformas hogareñas varias. Tanto juego como película ofrecen eso, monstruos rompiendo ciudades. Sí, quienes sean fanáticos del videojuego notarán varios cambios importantes respecto de la historia original, quizás tomando de aquí y de allá respecto de las secuelas.
Pero lo importante, el espíritu, está. Ya no son un grupo de humanos que por razones varias devienen en monstruosos animales mutantes, ahora, para poder introducir mejor a los personajes humanos salvadores, se parte de animales que evolucionan en gigantes, mutantes, y violentos. Todo comienza en el espacio con unas pruebas químicas sobre una rata (primer guiño al videojuego de las muchas que se pueden encontrar) que sale mal.
Los villanos de turno, Claire Wyden (Malin Akerman) – otro guiño, y presten atención a la decoración de la guarida – y su hermano y secuas (Jake Lacy) son los responsables de una corporación que llevó a cabo esos experimentos genéticos en el espacio, y ahora quieren cubrir todo, no sin antes hacerse con los resultados sobrevivientes.
Mientras tanto, Davis Okoye (Johnson) es un zoólogo experto en primates, que desarrolló un fuerte vínculo con un gorila albino de nombre George, al que rescató y entrenó de un moco casi humano. Los retos del experimento espacial caen como meteoritos en el suelo estadounidense, e impactan en tres zonas diferentes, una de ellas, el parque en el que se encuentra George, despidiendo un gas tóxico.
A partir de entonces, George, un lobo al que apodarán Ralph, y otro animal que se mueve en las aguas pero que no se revela prontamente (los aficionados al arcade ya sabrán qué es), comienzan a crecer y a violentarse.
Pronto escaparán de sus hábitats y comenzará la destrucción, o devastación. A Davis se le suma una ex empleada de Wyden, Kate (Naomi Harris), y un agente gubernamental Russell (Jefrey Dean Morgan), para frenar el peligro. "Rampage: Devastación" es un film imposible de ser tomado en serio; y en realidad está bien que así sea.
Son monstruos gigantes vs la ciudad ¿quién busca seriedad en algo así? Desde este costado es donde se erige sobre títulos fallidos como el último Godzilla hollywoodense. Tampoco intenta ser un armamento de artillería pesada que no descansa un segundo y solo ofrece ruido repetitivo, por eso se ubica a años luz de una franquicia como Transformers. Rampage: Devastación tiene presupuesto, mucho, pero es espíritu clase B puro, y del bueno.
Sabe dosificar bien la acción y ubicarla en el momento justo. Y cuando no hay acción, igual está ocurriendo algo entretenido, no hay bache dramático en el medio. La creación de personajes es sencillamente perfecta. Explotan de cliché, pero de un modo muy asumido. Davis y Russell son puro carisma sacándose chispas, Kate es una dama en peligro que más de una vez no sabe dónde se mete, y los villanos… pero qué buenos villanos.
Desde la Diana de "V Invasión Extraterrestre" posiblemente no sea vea una fémina tan pérfida como Claire Wayden, es mala por el hecho de ser mala, ni siquiera sus propósitos son demasiado claros. Es codiciosa, probablemente quiere destruir a los humanos con tal de tener dinero, y no tiene ningún reparo en sus planes. Su hermano y secuas es un gran comic relief. Entre ambos tienen varios de los mejores momentos de la película.
Con estos personajes los actores se entregan, y tanto Dwayne Johnson, como Jefrey Dean Morgan, Malin Akerman y Jake Lacy lucen perfectos y divertidos, cada uno en los suyo.
Repito, miren a Akerman posando con esos trajecitos entallados, estola de piel sobre el hombro, y hablando en tono villanicio, y directamente aplaudan. Quizás quien menos pueda aprovechar sea Naomi Harris porque su personaje es el menos explotado del film. La amalgama de los efectos es lograda, el ritmo es constante pero no apabullante, y hay que decir que tiene de todo.
Desde comedia, a acción sin sentido, muertes gloriosas, y hasta heroísmo sin necesidad de ser machacado (dato curioso, no se habla casi de patriotismo). Sin necesidad de ser fiel al videojuego de origen , pero con todos sus elementos, "Rampage: Devastación" recupera la gloria de los clásicos espíritus clase B directos a VHS, demostrando que no importa si hay mucho o poco dinero en el medio, importa tener en esto casos un gran sentido de la diversión.