¿Quién *&$%! son los Miller?

Crítica de Hugo Fernando Sánchez - Tiempo Argentino

Una "familia" de negocios

Con un timming alejado de cualquier sutileza, la comedia protagonizada por Jason Sudeikis y Jennifer Aniston cuenta la odisea de un traficante y sus parientes inventados.

Una historia para nada original, una sucesión interminable de gags, escenas basadas en el modelo del fenómeno de la saga ¿Qué pasó ayer? La enumeración, definitivamente negativa de algunos de los tips que en cualquier otro film serían lapidarios, en conjunto funcionan admirablemente bien en ¿Quién *&$%! son los Miller?, una película asombrosamente revulsiva y honesta, teniendo en cuenta los cánones calculadamente conservadores de Hollywood.
El film de Rawson Marshall Thurber, director de la muy atendible Pelotas en juego, comienza con David Burke (Sudeikis), un traficante de marihuana al menudeo al que asalta una pandillita de jóvenes. El incidente lo enfrenta a su jefe Brad (Ed Helms), que para saldar la deuda lo obliga a hacer un viaje a México para traer una buena cantidad de "mercadería".
Sin demasiadas luces, a David se le ocurre que la mejor manera de viajar es en familia, en una casa rodante. Y para eso contrata para que sea su "esposa" a su vecina Rose (Aniston), una stripper en decadencia, y como hijos recluta a otro vecino, el inocentón Kenny (Poulter) y a Casey (Roberts), una chica que vive en la calle.
Completada la "familia" y después de un cambio de look en plan wasp (blanco, anglosajón y protestante), los Miller van en busca del cargamento, una aventura contada con todas las reglas de la comedia políticamente incorrecta, que entre sus muchos logros incluye muchas situaciones desopilantes y por supuesto, la oportunidad de mostrar a Jennifer Aniston en sus gloriosos 44 años y más sensual que nunca.
Lo cierto es que el director decidió tomar un camino bien alejado de cualquier sutileza y se concentró en explotar a rajatabla los elementos con los que contaba, esto es, un elenco con figuras como Aniston y el oficio de Sudeikis, la tendencia televisiva de las series centradas en gente común que por diferentes circunstancias se involucra en el tráfico de drogas como medio de vida –Breaking Bad, Weeds–, el timming de Saturday Night Live y, claro, el final aparentemente inevitable que atraviesa en los últimos años a la comedia americana por más arriesgada que sea, esto es, el correcto encuadramiento moral, cuestión que a nadie se le ocurra acusar a la película de mensajes poco claros o apologías varias.
En suma, más allá de un final aleccionador que desmiente el camino elegido para buena parte del relato, ¿Quién *&$%! son los Miller? es una buena comedia, con grandes momentos –el bebé-marihuana es desopilante–, liviana, sin grandes ambiciones y muy disfrutable.