¿Qué culpa tiene el tomate?

Crítica de Adolfo C. Martinez - La Nación

Un recorrido por los sabores típicos de varios países de América latina y España

Desde el momento en que la tierra da sus frutos hasta su comercialización en los mercados son varias las etapas por las que atraviesa la comida que cada día se presenta para su degustación en hogares y restaurantes. Todo este proceso está dado en este documental para cuya realización se unieron la Argentina, Bolivia, Perú, Colombia, Brasil, Venezuela y España y en el que cada episodio muestra las formas en que cada uno de esos países compra y vende en mercados al aire libre los más variados productos.

El primero de estos capítulos, dirigido por Alejo Hoijman, tiene como escenario un pequeño pueblo de Misiones en el que un matrimonio mayor recoge de la tierra esas raíces que servirán luego para convertirse en frutas y verduras. Sin solución de continuidad, la cámara, esta vez a cargo de Marcos Loayza, se detiene en un enorme mercado boliviano donde los clientes eligen los elementos alimentarios típicos de la región entre breves y apenas audibles charlas. Luego, en Perú, con la conducción de Josué Méndez, sobre amplios tendederos cuelgan tomates, bananas y melones que atraen la atención (y el apetito). Colombia, Brasil y Venezuela, vistos respectivamente por Carolina Navas, Paola Vierira y Alejandra Szeplaki, son los otros países en que todos los frutos, sin transitar por los grandes supermercados, están a la vista y a las manos de esa inmensa marea humana. El último de los capítulos, dirigido por Jorge Coira, refleja las tradiciones comestibles de Cataluña, allí donde un hombre recorre esas calles con su andar cansino (único segmento en que las palabras llegan a la pantalla) en busca de los platos más apetitosos de la región.

Documental sin duda atípico, Qué culpa tiene el tomate muestra la diversidad de comidas de cada una de esas regiones en medio de sus cotidianos quehaceres y lo hace con cierta pizca de humor y con la indudable sapiencia que cada uno de sus directores aportó para que el film nunca cayera en la monotonía y mostrara la trayectoria de esos mercados populares envueltos en sus diferentes culturas y formas de vida.