Puente de espías

Crítica de Hugo Zapata - Cines Argentinos

Puente de espías es otro gran aporte que Steven Spielberg incorpora al lado B de su filmografía.
Son esa clase de producciones que están impecablemente filmadas, cuentan una historia interesante con un gran reparto, pero no es una propuesta que te inspire a verla más de una vez en el cine como suele ocurrir con los títulos más populares de este director.
En la misma línea podríamos incluir a filmes como Atrápame si puedes, La terminal, Caballo de guerra y Lincoln.
Todas grandes producciones dentro de los géneros que abordaron, pero no son películas que quedarán asociadas con los trabajos más importantes de Spielberg.
No obstante, dentro de los últimos filmes que hizo el director Puente de espías es probablemente su labor más interesante por el modo en que construyó la narración de la historia.
Spielberg tomó el caso real de un abogado que negoció el intercambio de prisioneros entre Estados Unidos y Rusia en 1960 y lo convirtió en un fabuloso thriller ambientado en la Guerra Fría.
A diferencia de Munich, acá no hay escenas de acción ni operativos militares y todo el conflicto consiste en largas escenas de conversaciones que mantienen los protagonistas.
En este punto encontramos uno de los aspectos más fascinantes de la película. Spielberg te cuenta un thriller con una serie de personajes que se sientan a negociar cuestiones políticas en una mesa.
Desde esa gran secuencia inicial, donde el director parece rendirle un homenaje a Contacto en Francia de William Friedkin, hasta la resolución del conflicto, Puente de espías es un film que logra ser atrapante durante un poco más de dos horas.
Más allá de la narración del director, esta producción se vio favorecida por los trabajos de Tom Hanks y Mark Rylance (Las hermanas Bolena) y el guión de los hermanos Coen.
La dupla Hanks-Spielberg ya brindó grandes resultados en el pasado y acá funcionó otra vez. Desde la primera escena en que aparece el abogado James Donovan, el actor logra que el espectador simpatice con el protagonista de inmediato y se mantenga interesado por la experiencia histórica que le tocará atravesar en su vida.
Uno de los grandes aciertos de Puente de espías es el modo en que los Coen le añadieron humor a esta historia. Se trata de diálogos y situaciones graciosas muy sutiles que aparecen en el momento indicado y contribuyeron a darle más humanidad a los personajes y descomprimir la tensión del conflicto.
Me encantó como se trabajó el humor en este film sin que la historia perdieran suspenso y dramatismo.
Como mencioné al principio, Puente de espías tal vez no quede en el recuerdo entre los grandes títulos que brindó Spielberg en su carrera, pero es una gran película que sobresale claramente entre las producciones que hizo en el último tiempo y merece su recomendación.