Proyecto Géminis

Crítica de Hugo Zapata - Cines Argentinos

Proyecto Géminis fue concebida por el estudio Disney originalmente a mediados de los años ´90, cuando Sylvester Stallone, Bruce Willis y Arnold Schwarzenegger eran los reyes de la taquilla dentro del género de acción.
Los tres estuvieron vinculados en algún momento con esta producción que nunca se llegó a concretar debido a que no estaba disponible la tecnología en los efectos especiales que demandaba el concepto de la historia.
El director Tony Scott estuvo cerca de filmarla en 1997 y desde entonces numerosos realizadores intentaron concretarla pero siempre quedó todo en la nada.
Finalmente los productores Jerry Bruckheimer y David Ellison (responsable de las franquicia Misión Imposible y Star Trek) tomaron la posta y sacaron adelante esta propuesta que no es otra cosa que una película experimental del cineasta Ang Lee.
Queda claro al ver el film que el realizador taiwanés aceptó el trabajo con el único fin de poner en práctica nuevas herramientas de tecnología, más que por la trama y su temática.
La película tiene la particularidad de haber sido filmada con resolución 4K, a 120 fotogramas por segundo, que lleva el concepto de las imágenes de alta definición a otro nivel.
El tema con esta cuestión es que si bien el formato es extraordinario para disfrutar una carrera de Fórmula 1, la final de la Champions o un espectáculo musical , en el campo del cine de género la experiencia no es tan placentera como plantea Lee en las entrevistas de promoción de este estreno.
El hiperrealismo que brindan las cámaras digitales en este caso genera que las secuencias de acción se vean como un material del backstage o una telenovela de los años ´90, más que una película en sí y eso genera un distanciamiento permanente con el relato.
En lo personal no me gusta el género filmado de esta manera, donde las escenas de persecución o tiroteos en más de una oportunidad, producto de un abuso del CGI, terminan convertidas en una cinématica de video juego.
Salvo por una persecución en moto que tiene lugar en Colombia y Lee cierra del modo más ridículo posible, no encontré ninguna revolución histórica en el tratamiento de la acción.
Por el contrario, me pareció todo bastante genérico y no ayuda la distancia con el relato que genera el formato.
El gancho de esta película claramente pasa por ver a Will Smith rejuvenecido con efectos digitales.
Hasta el momento nadie pudo superar a los filmes de Marvel en esta cuestión, salvo por Terminator: Dark Fate que hizo un trabajo brillante con los roles de Linda Hamilton y Edward Furlong en la secuencia inicial.
En Proyecto Géminis el balance es bastante irregular. Hay escenas donde el contraste de los personajes que compone Smith se ve espectacular, generalmente en secuencias nocturnas donde maquillan mejor los defectos, y en otras se nota un poco más la labor digital.
El peor trabajo en ese sentido tiene lugar en los minutos finales donde queda la sensación que al protagonista le pegaron una máscara de animación computada. Llama la atención que dejaran pasar ese detalle porque se ve muy mal y se contrapone con otros momento más logrados.
En lo referido a la trama el guión es malo y la película se siente como una producción perdida de 1994 que podría haber protagonizado Steven Seagal en su época de gloria.
Esta película cuenta probablemente con un récord de escenas de explicación, donde los personajes discuten una y otra vez los mismos temas de un modo tedioso.
Por el lado de la ciencia ficción no hay nada relevante para resaltar y en general en cada oportunidad en la que Will Smith no está involucrado en alguna pelea el conflicto resulta muy aburrido.
Esa sensibilidad que suele tener el cine de Lee acá brilla por su ausencia, ya que concentró toda su atención en los aspectos visuales, mientras que dejó de lado a los personajes que no tienen un mínimo desarrollo.
Pese a todo, Smith hace el esfuerzo de intentar sacar adelante la propuesta con su presencia y la compañía de Mary Elizabeth Winstead ,quien merece una medalla Olímpica en la categoría remo.
Proyecto Géminis es una película que se olvida enseguida y aunque se hace llevadera a través de la acción no termina de convencer con la innovadora puesta en escena que promueve.