Prometeo

Crítica de Lucas Rodriguez - Cinescondite

Treinta son los años que separan a Prometheus de la última incursión de Ridley Scott en el mundo de la ciencia ficción con Blade Runner. En estas tres décadas el director ha madurado y buscado diferentes ángulos para volver al mismo universo que él mismo creó. Que es una precuela de Alien, que no, muchas versiones se barajaron y muchas similitudes se fueron encontrando a medida que el material promocional fue apareciendo. Y si bien es una gran película de ciencia ficción, no hay que caer en el error de esperar una nueva Alien porque no lo es.

Con una duración de unas sólidas dos horas, Prometheus arranca y, tras su introducción, entra en un espiral inmenso de ritmo y tensión en donde prácticamente no hay huecos para descansar. Ridley Scott demuestra así que sigue teniendo el pulso de hierro al rellenar la película con escenas no aptas para cardíacos, repletas de suspenso que bordean el horror puro y duro.

Quizás los más acérrimos de la saga esperaban respuestas concretas de una vez por todas a las grandes incógnitas de la saga, pero serán esos los que salgan decepcionados al saber (y entender) que la película no es una precuela sino actúa más bien como un spin-off dentro del mundo de Alien que ocurre años antes de las aventuras de Ripley. El guión de John Spaihts (The Darkest Hour) con un lavado de cara hecho por Damon Lindelof (Lost) funciona por la presentación de varias ideas religiosas y existenciales, pero hace aguas al intentar (o no) contestarlas. Lo más lacerante del mismo, si bien tiene personajes bien presentados, es que deja demasiadas preguntas sin respuesta; claramente, Scott apunta a una trilogía en donde dichas preguntas finalmente sean contestadas. Repito, los más afectados serán aquellos que esperaron toda una vida por la verdad, pero tal parece que tendrán que esperar un poco más.

Varios detalles destacan y uno oscurece; primero, el elenco se luce con una mezcla de talentos variopintos como la heroína aguerrida de Noomi Rapace o la fría y rastrera Vickers de Charlize Theron, sumando el talento de Michael Fassbender como el androide de turno, David. Del resto, Idris Elba hace un papel interesante, y es de buen ver que la mayoría de la tripulación tenga un fuerte acento británico. Segundo, los escenarios naturales están más que bien utilizados y se acompañan muy bien con un justificadísimo 3D que brilla en cuanto las imágenes holográficas se hacen presentes. Y, una vez más, se agradece el uso de efectos prácticos por sobre los mínimos computarizados, ya que aportan mucho más realismo en escena. Quizás lo que afecte un poco la sensación de miedo y terror es la elección de la música a cargo de Marc Streitenfeld, demasiado solemne para ciertos momentos en los que se necesitaba una vuelta de tuerca musical más asfixiante.

Prometheus se hizo esperar mucho y, ahora que llegó, demuestra que es una firme candidata a ser una de las mejores películas de ciencia ficción del año. Denle tiempo y puede que se convierta en una joyita de culto, siempre y cuando no se la compare a rajatabla con la inmensa Alien.