Pixeles

Crítica de Rodrigo Chavero - El Espectador Avezado

Seguramente si no están familiarizados con el mundo de los clásicos videojuegos ("arcades") de los 80', "Pixels" podría considerarse una realización sin un relieve destacado. Una comedia más (tal vez) de un Adam Sandler en búsqueda de recuperar el prestigio que lo encumbró hacia fines de los 90' y que viene perdiendo merced a algunas malas decisiones en los últimos años ("That's my boy", "Grown ups 2" y "Blended", sin ir más lejos).
Es probable incluso que sientas que "Pixels" no sea un film redondo (como el PacMan que nos saluda desde su afiche principal) pero no se puede negar que es original y cumple con los parámetros de aventura clásica en clave familiar. Sí será una joyita, para los gamers que superan las cuatro décadas quienes podrán ver el retorno de los personajes favoritos de aquellos fichines que tanto amaron y que vuelven, con toda la fuerza del 3D a la pantalla grande como jamás lo hubieses soñado.
Hay que decir que el hombre detrás de las cámaras, es nada menos que Chris Columbus (el guionista de "Gremlins" y "Goonies", director de las primeras dos "Harry Potter" e ideólogo del suceso "Home Alone" hace ya muchos años) y aunque el guión de esta producción parezca una extensión del corto de Patrick Jean del 2010 (en que está basado el film), lo cierto es que hay en él suficiente material interesante para todo espectador curioso y nostálgico.
Corre el año 1982 y en el campeonato mundial de videojuegos (en ese momento ni se soñaba algo como PS4, X-Box y similares), encontraremos a Brenner (Sandler) llegando a la final del torneo, listo para disputar un duelo con Eddie (el renombrado Peter Dinklage de "Game of Thrones") buscando quien es el mejor jugador de "Donkey Kong". Más allá de esa contienda que abre "Pixels", lo importante es tomar contacto con el espíritu que inspiraba ese rito: los chicos salían al arcade local, hacían sociales y pasaban largo rato con sus amigos cara a cara. Los ochenta, donde nada de todo lo que después vendría, podría siquiera imaginarse.
La cuestión es que nos volvemos a instalar en el tiempo actual donde el mismo Brenner que viste y calza, parece detenido sin signos de avance. No ha logrado canalizar o transformar en algo positivo su capacidad para memorizar patrones (la que lo llevó a ser un gran player treinta año atrás) y sólo se dedica a instalar equipamiento electrónico y juntarse cada tanto con su amigo de la infancia, Will (Kevin James) que por esas casualidades, es el presidente de los Estados Unidos de América.
En una de esas visitas, conocerá a una alta oficial del ejército, Violet (Michelle Monaghan), recién separada y con un hijo, con quien el destino lo volverá a cruzar a la hora de resolver una gran crisis mundial que se avecina sobre el mundo.: algo sucedió en aquel evento donde Brenner perdió el cetro de campeón en 1982 (que conviene no anticipar) que desatará la más delirante invasión alienígena que puedan imaginar... Y entonces habrá que buscar héroes que se opongan y derroten a la fuerza invasora, por supuesto.
Anoten ahí a Josh Gad haciendo de Ludlow, un nerd bastante particular que conoce a Brenner desde aquel fatídico torneo que parece haber sellado su suerte para armar una suerte de equipo al estilo "Ghostbusters", de cara a enfrentar batallas contra el delirante invasor.
Ya sabrán si vieron el tráiler que los "malos" serán nada menos que versiones en tres dimensiones de los personajes de los clásicos arcades, desde "Centipede" hasta "Pac Man", para delirio de los fans de estos clásicos videojuegos.
Lo que tendremos durante los 105 minutos de duración, será un film entretenido, esperable y de espíritu retro que cumple el objetivo de hacernos pasar un buen momento. El arte y diseño de animación está a la altura al igual que el eficiente soundtrack, Columbus se ocupa de que la cinta juegue sus cartas de manera simple, apelando a esquivarle al humor sexista y aportando ritmo y clima de fiesta permanente. Hay suficiente para ver, escenas que impactan (las de NY y Londres), sólidos homenajes a los arcades y un ritmo de narración que no se detiene en detalles, pero luce atractivo e intenso.
Es cierto que quizás haya puntos discutibles a la hora de evaluar "Pixels". Sandler desde su rol construye un relato muy similar a sus últimos trabajos (lo cual ya dijimos no es bueno), pero el valor de la memoria colectiva que rescata y la manera en que Columbus lleva al espectador a la magia ochentosa de esos juegos, está muy bien lograda.
Con menos sonrisas y humor del esperado, igual "Pixels" logra mostrarse como una película interesante para ver. Y como ya dije, si tenés 40 años o más, la vas a disfrutar mucho más.