Pixeles

Crítica de Diego Serlin - Todo lo ve

Un combo de nostalgia y entretenimiento

Con un dejo de nostalgia "Pixeles" entretiene por igual a dos generaciones, una que creo la tecnología y jugó con ella y otra que se volvió juguete de las nuevas tecnologías.

Inspirada en el cortometraje homónimo de 3 minutos, dirigido por Patrick Jean en 2010, donde los antiguos y clásicos videojuegos arcades como Tetris, Pacman, Space Invaders o Froggy cobraban vida invadiendo Nueva York y pixelando la ciudad, Pixeles revive a personajes clásicos de esos videojuegos insertándolos al mundo real, rindiendo homenaje al espacio lúdico de toda una generación que encontró en esos espacios de diversión toda una forma de socializar.

Pixeles tiene como protagonistas a un grupo de adultos que en su adolescencia, en los años 80, se destacaron por sus habilidades con los videojuegos arcade clásicos, pero que en la actualidad corren con diferente suerte.

Cuando alienígenas intergalácticos deciden atacar la Tierra utilizando estos juegos como modelo para sus múltiples ataques, se decide reclutar para combatirlos al trío de campeones de videojuegos de los años 80, al que se suma la Teniente Coronel Violet Van Patten, una especialista en suministrar a los "arcaders" de armas únicas para luchar contra los alienígenas.

Con buen ritmo y originales efectos visuales, Pixeles va acumulando a lo largo de su relato un sin numero de homenajes a personajes, series e iconos de los años 80 que dejaron su huella en una generación que supo como jugar con la tecnología.

Con clichés clásicos del genero, pero bien resueltos, y algunas escenas de acción muy bien logradas -la persecución del Pac-Man por las calles de Manhattan es lo mejor de la película-, Pixeles entrega nostalgia y entretenimiento por igual.

Así es como Centipede, más una versión enorme y malvada de Pac-Man, una heroína ninja llamada Lady Lisa -interpretada por Ashley Benson- y un conjunto de pixeles malvados con un lado travieso y encantador, liderados todos por el gran Donkey Kong, componen una galería de originales villanos al que se sumaran la divertida y adorable criatura salta-cubos Q-asterisco-Bert, un trofeo intergaláctico que eventualmente termina ayudando a los héroes humanos.

Sin mayores pretensiones que la de homenajear y entretener, Pixeles cumple su cometido y da cuenta, aunque superficialmente, de los cambios de una generación y su relación con el juego: cambio de cómo se hacen videojuegos, cambio de cómo se juegan, cambio de quiénes los juegan y, principalmente, cambio de por qué se juegan.

Una generación que cada día más se aísla en sus propios dispositivos, prescindiendo de la ínter actuación con el mundo exterior.