Personalidad múltiple

Crítica de Adolfo C. Martinez - La Nación

Un adictivo juego entre la vida y la muerte

El thriller cumple con lo esperado y más

Hay vidas que pueden cruzarse y amores que se transforman en desafío. Esto le ocurrirá a Jess, una mujer casada con Ryan, un hombre hogareño que sabe hacer feliz a su esposa. De pronto ese mundo se desmoronará para Jess, ya que su esposo y Roman, su cuñado, sufrirán un terrible accidente que los convertirá en un par de seres al borde de la muerte. La existencia de la mujer comienza a transformarse en un calvario, ya que ve rodar su felicidad hacia el más profundo abismo, pero inesperadamente Roman despierta de su estado de coma e insiste en que Jess es su esposa. Frente a esta extraña situación, ella comienza entonces a pensar que el espíritu de su esposo ha vuelto en el cuerpo de su cuñado y deberá entonces luchar por comprender ese misterio.

Los directores Joel Bergvall y Simon Sanquist lograron convertir a esta trama en un atractivo thriller por el que transitan sueños, pesadillas y situaciones incomprensibles para esa Jess que no llega a entender del todo lo que está sucediendo a su alrededor.

A ello se le deben sumar las buenas actuaciones de Sarah Michelle Gellar, que lleva sobre sus hombros todo el peso de la trama, y de Lee Pace y Michael Landes, quienes como el esposo y el cuñado, supieron compenetrarse con sus por momentos ambiguos personajes.

El clima dado por la fotografía y por la música son otros sólidos apoyos para que esta casi siniestra aventura logre el entretenimiento y el suspenso requeridos, elementos a los que apostó el dúo de realizadores. Sin escapar de los convencionalismos del género, Personalidad múltiple cumple acabadamente con todos los elementos de aquel público que se deja tentar por los más recónditos caminos de la fantasía más extraña, y con estos aditamentos no saldrán defraudados frente a este juego entre la vida y la muerte que debe enfrentar su espantada protagonista.