Pequeña gran vida

Crítica de Diego Curubeto - Ámbito Financiero

“Pequeña gran vida”, una fantasía en miniatura
Matt Damon interpreta a un hombre que decide someterse a una reducción de tamaño junto a su familia, para vivir una vida de lujos muy accesible.

Alexander Payne, el director de "Nebraska", consigue un original film de ciencia ficción a partir de una idea fantástica bien trabajada. Un científico noruego descubre la salvación para la humanidad y sus peligros de sobrepoblación y calentamiento global: reducir a la gente al tamaño de un hámster. Con el paso de los años, esa reducción de tamaño empieza a aplicarse casi masivamente, pero más que para salvar el planeta se emplea para que la gente pueda vivir en mansiones fastuosas y tener todo tipo de lujos, que debido a su pequeñez no cuestan mucho. Matt Damon vende todas sus cosas de tamaño real para vivir con su esposa en una de estas especies de "countries" para gente pequeña, pero obviamente las cosas no salen como esperaba.

Payne logra atrapar al espectador con un estilo de comedia clásica de ciencia ficción para luego ir agregando elementos inesperados, desde un humor negro despiadado al romance más meloso, apoyado por una atractiva puesta en escena y momentos de vuelo visual. Matt Damon lleva la acción con solvencia, pero el que se roba cada escena es un brillante Christoph Waltz como el cínico pero querible traficante del mundo diminuto.