Pase libre

Crítica de Pablo Planovsky - El Ojo Dorado

Fotocopia conocida

En Pase Libre, Owen Wilson y Jason Sudeikis son dos hombres casados, que ya no pueden, ni quieren, disimular el cansancio de su estilo de vida. Uno de ellos hasta tiene que masturbarse en su camioneta en lugar de tener relaciones con su mujer. Las cosas llegan a un punto donde la situación se vuelve insostenible: las mujeres (Jenna Fischer, la genial actriz de The Office US, y Christina Applegate) deciden darles un "pase libre" para que ellos hagan de las suyas sin remordimientos. El problema es: ¿siguen teniendo lo necesario? ¿O muy por el contrario, como el espía seductor, perdieron su mojo hace tiempo?.
Alguno podría notar la similitud con los inmaduros personajes del cine de Judd Apatow y no estaría del todo equivocado. La década pasada estuvo signada por las comedias donde los hombres debían enfrentar la realidad y crecer, de algún modo u otro. Virgen a los 40, Supercool, y hasta The host, son películas sobre la maduración. Pase Libre no se destaca por ser sumamente original, de hecho, los "homenajes" se hacen notorios si uno vio la reciente ¿Qué pasó ayer? (The hangover, de Todd Phillips). Aquí los estereotipos se repiten: de hecho, si me preguntan, para mí Sudeikis intenta copiar a Ed Helms (Stu en aquella película) y no sólo en apariencia.
El gran acierto es mostrar no sólo lo que sucede con ellos, sino también con sus mujeres. Un gran problema de las comedias norteamericanas (o de la nueva comedia norteamericana, mejor dicho) es que se olvidan de la situación femenina. Con esto no quiero decir que la película esté apuntando hacia ese público (de hecho, no lo hace) pero eso no significa per se, que no pueda/deba mostrar las dos caras de la moneda. Por ejemplo, mientras que ellos a lo largo de la semana van de mal en peor, ellas empiezan a descubrir que todavía las desean y que no están tan "viejas" como pensaban.
Pase Libre tiene algunos buenos gags, situaciones dinámicas y divertidas (en el tercer acto hay tiroteos y persecuciones, como en las últimas películas de Phillips) y tiene buenos actores. Algunos gags no resultan demasiado inspirados pero hay otros que sí funcionan. El mejor ejemplo está en la noche de "levante" en el bar. Algunas de las frases están inspiradas ("¿Estas servilletas huelen a cloroformo?") y otras (¿Hay algún oso polar por acá?) los vam a dejar en la casa mirando La Supremacía Bourne. Y no hablo del espectador.