Pase libre

Crítica de Juan Campos - Loco x el Cine

La crisis de los 40, el amor y el absurdo, todo unido gracias a los hermanos Farelly.

Rick (Owen Wilson) y Fred (Jason Sudeikis) son dos amigos que bordean los cuarenta, están casados con dos bellas mujeres (Jena Fischer y Christina Applegate) y tienen una vida tranquila. Pero hay algo que los puede: el sexo. Las relaciones en la cama con sus esposas últimamente no están andando bien y, si bien no las engañan, sus ojos y sus pensamientos parecen vivir en cada una de las chicas, no tan chicas y veteranas que pasan por la calle con un buen cuerpo.

Esto hace pensar a Maggie y Grace (las esposas) que en cualquier momento sentirán calor en sus frentes, y una bella cornamenta saldrá para adornar su cabecita. Por eso, y aconsejadas por una amiga, deciden darles un pase libre: una semana sin compromisos en la cual podrán hacer lo que quieran con quién quieran, y ellas no preguntarán absolutamente nada de lo que pasó durante esos siete días de soltería.

Mientras las mujeres se van con los chicos fuera de la ciudad, y a su vez, también comienzan a percibir los dulces de la soltería. Y Los hombres, claro que si, deciden utilizar este permiso concedido e intentarán vivir la semana más loca de sus vidas junto a sus amigos. Pero el tiempo pasa, y hoy no son las mismas personas que solían ser veinte años atrás. Ahí se darán cuenta que sus esposas son más de lo que ellos pensaban y, además, también deberán afrontar el duro golpe que representa el inevitable paso del tiempo.

Pase Libre (Hall Pass, 2011) es la nueva película de Bobby y Peter Farelly, los responsables de Loco Por Mary, Tonto y Retonto, Amor Ciego y tantas otras comedias que marcaron épocas. En esta ocasión, los hermanos se enfrentan a la adultez y a todo lo que los hombres creen (creemos) que pueden (podemos) hacer, pero que en realidad no son más que fantasías creadas por el mismo ego o por el recuerdo de tiempos pasados.

Críticos, ácidos y, sobre todo, muy cómicos, los Farelly vuelven, más que a contar, a retratar. Muestran la cara más fea del hombre, y la muestran disfrazada de parodia, pero quienes sean honestos saben que todos tenemos algo de Rick y/o Fred en nosotros. Porque son arquetípicos y casi cliché, y todos los lugares comunes guardan algo de verdad.

En definitiva, Pase Libre no es una comedia más, sino que es una comedia más de los Farelly, con todo lo que ello representa. Levantan la vara una vez más y marcan el camino para todos los que vienen después de ellos. Pero los impulsores, los que se atreven y los que ponen la cara para el mimo o el golpe, son ellos. Un aplauso, entonces, para los comediantes más audaces de Hollywood.