Pendejos

Crítica de Juan Carlos Fontana - La Prensa

La soledad de la adolescencia

Raúl Perrone sigue provocando cierta fascinación con sus filmes rodados en Ituzaingó, ciudad del Gran Buenos Aires en la que vive.

"P3nd3jo5", cuyo título parece la contraseña de algún correo electrónico, refiere a un grupo de adolescentes de la zona Oeste, que en su mayoría practican skate, en tablas de pequeñas ruedas en un espacio que se conoce como el Itu Park y está ubicado en esa misma localidad.

TRES SEGMENTOS
Filmada en blanco y negro, Perrone divide su película en tres segmentos. En el primero un joven solitario, cuya madre parece estar siempre ausente de su casa, intenta conectarse con un hombre mayor, probable encargado de algún tipo de negocio sucio. Decimos "probable", porque lo dicho es sugerido por la cámara, que muestra ciertas actitudes entre los hombres -uno parece querer entregarle algo al otro- que preceden una discusión.

El segundo segmento contiene una historia de amor, hecha de silencios y miradas, que protagonizan un quinceañero, Yenien Teves, y una chica algo mayor (Eugenia Juárez), mientras observan a varios pibes que practican skate.

Finalmente la tercera sección, tiene como escenario una plaza pueblerina en la que se reúnen chicos y chicas, skaters, vendedores de droga, policías de civil y hasta jubilados que asisten a un concierto al aire libre.

En esta parte, hay una muerte, la policía sospecha de dos de los jóvenes de la plaza y finalmente se produce un desenlace trágico.

CONCLUSIONES PROPIAS
En la mayoría de las situaciones es el espectador quien debe sacar sus propias conclusiones de lo que sucede entre esos jóvenes. Porque los chicos y chicas que participan de esta película de ficción con elementos del documental, prácticamente no diálogan. O en todo caso lo que dicen no se oye. El espectador sólo se puede enterarse de algunas frases, a partir de "cartones" que aparecen en la pantalla, con diálogos breves y concisos que dan cuenta de una historia de amor, de un reproche o de una separación.

Radiografía de un grupo de adolescentes de la zona Oeste, del Gran Buenos Aires, este nuevo filme de Perrone, provoca cierta fascinación a través de su calidad plástica, de esos claroscuros con siluetas, de miradas que parecen indicar