Otra madre

Crítica de Rodrigo Chavero - El Espectador Avezado

Nuevo trabajo del creador de "Salsipuedes" (2011), Mariano Luque, un cordobés que viene trabajando en equipo con gente de su misma generación que le hace muy bien al cine indie local: Iván Fund (aquí, productor) y Eduardo Crespo (director de fotografía). Esta conformación de identidades creativas, impulsa una propuesta intimista, pequeña, potente y con ritmo de tierra adentro, una historia femenina de principio a fin, donde la cuestión gira en torno a la construcción generacional de los diversos roles de la maternidad.
"Otra madre" es el título de este segundo largo de Luque ( este estreno se complementa con un foco dedicado a la obra de Mariano integrado por su ópera prima antes mencionada, los cortometrajes "Sociales" y "Así me duermo" y la exhibición --en calidad de preestreno-- de su flamante documental "Los árboles", que a su vez fue el film de clausura de la 17° edición del DocBuenosAires.
Considero imprescindible que vean la sensibilidad de este cineasta y el abordaje que hace de la violencia de género en "Salsipuedes" (fue en 2012 a la Berlinale también).
Esta es la historia de una mujer (Mabel, jugada por Mara Santucho) que por cuestiones de fin de su relación de pareja, regresa a la casa de su madre. Allí se instalará con su pequeña hija, su hermana, su mamá y su abuela. Un universo femenino fuerte y complejo. En ese espacio, se jugará una silenciosa trama donde veremos cómo la nueva familia (un matriarcado), va configurando sus existencias en relación con su mirada del mundo.
Hay en esa propuesta una construcción de significados que atraviesan los pequeños e informales diálogos que los personajes principales tienen. No hay demasiadas alteraciones ni situaciones de quiebre, no. Pero sí una sutil red va entrelazando climas y protagonistas, con la idea puesta en reflejar cómo llevan adelante su día a día este grupo de mujeres.
Luque retrata en bellos fotogramas, una historia que no parece despegar mucho a nivel dramático, pero sí que convence al público por la identificación que genera.
Más allá de estar rodada en el interior, con ese ritmo propio y color, y mostrarse casi comtemplativa a veces de una realidad subyacente y corpórea, "Otra madre" ofrece la posibilidad de estimular la reflexión por los roles y su transmisión generacional.
¿Por qué estas mujeres terminan todas juntas? ¿Qué sucede con los varones, que no son parte de los vínculos fundacionales de estas mujeres? ¿Hasta que lugar, la perspectiva de cada progenitora influye en las otras?
Los interrogantes enriquecen el visionado y predisponen al espectador para conectar con el cine de Luque. Puede que para los aficionados al mainstream tradicional este tipo de aproximación cinematográfica les resulte un poco incómodo al principio, pero una vez que el encuadre está marcado, las cosas fluyen en forma natural.
En lo personal, entiendo la manera en que el equipo de producción estructura cada movimiento en el desarrollo de climas, pero si reconozco que extraño la intensidad del film anterior de Luque. Aquí hay demasiadas mujeres y una lente que amplifica y recorta su mundo de manera singular, lo cual puede restarle posibilidades narrativas de profundización en otros campos de la interacción entre personajes. Me quedo con ganas de conocer más sobre cómo se relacionan estas madres e hijas con los hombres, en todo contexto.
Más allá de mi percepción, creo que "Otra madre" es un paso adelante de este Luque y vuelvo a invitarlos, en la Lugones, al foco en su obra disponible hasta el 26 de octubre.