Osos

Crítica de Mauro Jacobo - Cinélico

La belleza de la bestias

"Osos" es un nuevo documental/film de la división Disneynature de la factoría Disney. Anteriormente nos ofrecieron otros productos similares a este como "Chimpancés", "Felinos de África" y "Océanos". Como dije anteriormente en las críticas de estos trabajos, lo que pone Disneynature en pantalla es sencillamente fabuloso a nivel visual, con tomas realmente increíbles de la vida salvaje, situaciones que no son fáciles de captar y algunas escenas que son dignas de guardar en la mente por mucho tiempo, pero el gran problema de estos trabajos viene por el lado de querer humanizar la vida salvaje, hacer de cuenta que una osa adulta que pare a dos oseznos en su hábitat natural es una madre de los suburbios con sentimientos y preocupaciones de crianza... Entiendo la razón marketinera de fondo, es lo que vende, pero sería poco fiel a mi persona si no remarcara lo absurdo que me resulta la dinámica. A esto hay que sumarle la edición que se hace de ciertas situaciones salvajes, que de ser expuestas tal y como se producen, irían en contra del aura "felices forever" de la marca. De nuevo, entiendo que está pensado para los niños en su mayoría y para los amantes de la belleza de los animales que toleran esto, pero hay algo que sencillamente no está bien de humanizar a una bestia de 400 kg que de tenerte en frente en la desolada Alaska no razonaría como un par.
Sacando este tema, que se podría decir no es demasiado grave, los 77 minutos que dura "Osos" se hacen amenos, nos muestra en full hd y con algunas tomas fantásticas como viven estos animales, las amenazas que deben superar día a día, su forma de alimentación y sus comportamientos más instintivos.
Si sos de los que pueden evitar irritarse por la humanización de animales salvajes seguramente puedas disfrutar de la propuesta, pero si te parece muy absurdo que un narrador te diga lo que supuestamente está sintiendo el oso en su corazón puede que te resulte un tanto moco. Voto por hacer un poco de oídos sordos a la infantilería y enfocarse en lo hermoso de la vida salvaje, después de todo, prefiero ver en pantalla un oso con sentimientos que vampiros teen histeriqueando por los siglos de los siglos.