Olé, el viaje de Ferdinand

Crítica de Rodrigo Chavero - El Espectador Avezado

El mundo tendrá en cuenta más a los hispanos a partir de estos tiempos. Hay un creciente aumento de la comunidad de latinos en el mundo y lentamente el mundo cinematográfico comienza a mirar con mejores ojos sus historias.
Esta, en particular, parte de un cuento corto que ya fuera rodado por Disney hacia 1938 y que fuera prohibido en su tierra natal por dictadores (Franco) e incluso por el nazismo.
Munro Leaf lo escribió originalmente en 1936 y el sentido de la historia que presentaba, era disruptivo: un toro, máximo símbolo de la violencia y el combate, luchando por expresar sus emociones, que no tienen nada que ver con lo que se espera de él. Blue Sky Studios, responsables de las sagas "Ice Age", "Rio" y otros productos exitosos , ubica a Carlos Saldanha como máximo responsable de "Ferdinand", alineada al espíritu de la compañía.
Este toro (John Cena en la versión original), es un animal especial. Sensible, tierno, generoso. Vive en una corral donde se entrenan grandes campeones que lucharán en la arena de la Plaza Mayor contra matadores famosos. Ferdinand no está muy convencido de que ese debería ser su destino, por lo que cuando la situación se presenta, decide escapar del rancho y buscar nuevos rumbos.
El dará con una nena que lo cuidará en su hogar hasta que un evento accidental llevará a Ferdinand, de vuelta a un lugar donde no podrá escapar de la violencia que se espera de su especie.
"Olé, el viaje de Ferdinand" es una cinta que explora superficialmente el mundo de la España de las corridas de toros y la idiosincracia local. Se busca que haya colorido, pero nada demasiado recargado que haga confundir al público global. Saldanha parte de una buena historia y la adapta al estilo de sus films anteriores: una gran puesta en escena, intensidad en el personaje principal, rebeldía y simpáticos secundarios.
El problema principal del film es que no profundiza demasiado los tópicos que va presentando y tampoco sale de la medianía promedio para este tipo de propuestas.
Un personaje carismático, del mundo animal, un coro de amiguitos carismáticos, un desafío y no mucho más. Si bien algo del espíritu del relato original está presente, lo cierto es que "Olé, el viaje de Ferdinand" se parece demasiado a lo que hoy en día vemos en cine de animación familiar. No sorprende, pero es efectiva y a los niños les va a gustar.