Oldboy: Días de venganza

Crítica de Diego Curubeto - Ámbito Financiero

Violencia refinada al estilo Spike Lee

Con esta nueva versión del manga japonés "Old Boy", Spike Lee vuelve a su veta de cine más cruda y directa, la que dio algunos de los mejores momentos de películas como "Haz lo correcto", "Malcolm X" y sobre todo "Summer of Sam". Y es justo decir que es una nueva versión del comic de Nobuaki Minigishi y no simplemente una remake del film de culto con el que el director coreano Chan-Wook Park se convirtió hace una década en el ganador del festival de Cannes, dado que se pueden hacer muchas versiones de una fuente original. Inclusive hace unos años hasta Bollywood ofreció su propia visión estilo India de "Old Boy".

Spike Lee cuenta muy bien la sádica y despiadada historia de una venganza, llena de detalles enigmáticos que se van revelando tanto al espectador como al protagonista, como si se tratara de una serie de cajas chinas que siempre esconde una revelación más tremenda. En especial, teniendo en cuenta que la premisa de un hombre secuestrado y encerrado en un cuarto durante 20 años, sin saber por quién ni por cuál motivo, es tan descabellada que convertirla en un asunto verosímil es todo un desafio.

Lee hace foco en el naturalismo y vuelve creíble un asunto que, en manos de Park, explotaba en la típica furia oriental de su cine, lo que en parte ayudaba a que el público aceptara los detalles mas dementes como si se tratara de convenciones del género.

En esta "Old Boy" hay más profundidad en el personaje protagónico, muy bien interpretado por Josh Brolin , quien es mostrado desde antes de empezar a sufrir su suplicio, en un largo prólogo que lo retrata como un bastardo capaz de arruinar su vida y la de los demás sin pestañear. Descubrir que está atrapado en una especie de calabozo, decorado como cuarto de hotel barato, genera un clima de tensión terrorífico comparable al de una buena idea surgida de una novela de Stephen King antes que copiada del film de Chan-Wook Park.

Mas allá de las variaciones en distintos detalles, la historia es esencialmente la misma, y aunque la ultraviolencia del film original es difícil de superar sobre todo cuando el protagonista es liberado y quiere vengarse de quien le quitó, sin motivo aparente, dos décadas de su vida-, no se podría decir que este nuevo film sea mucho más light. Por el contrario, basta decir que un actor como Samuel L Jackson, que ha interpretado escenas bastante fuertes, jamás tuvo que apelar al Metodo ni hacer memoria emotiva antes de interpretar situaciones como ser despellejado vivo.

A nivel de violencia grafica, si el film nunca llega pasar al límite de lo insoportable se debe al talento de Lee para dotar al gore y a la acción más cruda con un excepcional uso del suspenso. Y también, créase o no, al más puro melodrama, ya que finalmente la trama es digna de algún clásico drama al estilo Dumas, empezando por el largo encierro digno de "El Conde de Montecristo".

En síntesis, este nuevo "Old Boy" es una experiencia fuerte, tan bien concebida, filmada y actuada como para que no tenga necesidad de ser comparada con el film coreano de 2003. De todos modos, Spike Lee asegura que es aun mejor su "director's cut", media hora más largo, que vetó el estudio. Y no hay motivos para no creerle.