No le temas a la oscuridad

Crítica de Santiago García - Tiempo Argentino

El viejo truco de la habitación de la niña

El debutante Troy Nixey es el director de este film de terror que contiene elementos clásicos como una antigua mansión, una pareja con una hija y una sensación onmipresente de peligro.

El cine de terror ha visto siempre en la figura de los niños un aliado valioso para inquietar a los espectadores. En este caso, se trata de una pareja que se muda a una antigua mansión para restaurarla, este cambio sin saberlo llevará a la hija de uno de ellos –el padre– al centro mismo del peligro. Es que la pareja desconoce que año atrás han ocurrido hechos siniestros producidos por seres que aun permanecen en la casa.
La película está dirigida por el debutante Troy Nixey, pero la identidad visual y temática parece estar dada por su guionista y productor, Guillermo Del Toro. El cineasta mexicano es el creador de films como El espinazo del diablo y Hellboy, y aun sin ser aquí el director podemos ver su presencia. No sólo por el género que tanto ama, sino también por la estética del film y por ese misterioso jardín que recuerda con mucha facilidad al de su El laberinto del fauno. La infancia en general suele aparecer en sus historias, y los eventos espantosos que narra los tienen a los niños como principales protagonistas.
Sally, la niña en esta película, es hija de padres divorciados, con un progenitor que no termina de saber como educarla aunque haya decidido llevarla a vivir con él y su pareja, y con una madre fuera de escena de la que sólo se sabe que la sobreprotegía. Las cuerdas del suspenso están dadas porque Sally es retraída y está medicada por lo que se abre la posibilidad de que nadie le crea cuando comiencen los hechos sobrenaturales. Incluso el espectador llegará a desconfiar, tal vez, de su cordura.
Aunque No le temas a la oscuridad brilla más en la creación de climas aislados que en la estructura general del relato, hay que decir que la tensión no decae y que el paso de sugerir a mostrar está bien logrado. Más allá de los detalles del argumento, la película se sostiene y no defrauda, aun cuando tampoco sea una película con aires de clásico del género.
Una última aclaración es que a pesar de un gran momento sangriento en el prólogo del relato, el resto de No le temas a la oscuridad no se basa en lo sangriento para impactar, sino en ideas más sofisticadas y situaciones creadas desde el trabajo de dirección, los rubros técnicos y un sólido trabajo de los actores. En definitiva una propuesta humilde y efectiva que no pierde el rumbo en ningún momento. Aunque eso sí, el consejo que da el título del film, no es bueno. Tengan mucho miedo a la oscuridad.