No le temas a la oscuridad

Crítica de Rodrigo Chavero - El Espectador Avezado

Detrás de las paredes...

La crítica internacional casi que había vapuleado esta remake de "Don't be afraid of the dark" por diferentes motivos. La lista era larga (no los vamos a enumerar) y en la previa organizando horarios, no casualmente la dejé para el final. Miraba la gacetilla de prensa y cada vez tenía menos ganas de ir. Encima, a la función programada llegue agotado del trabajo y era la hora de la siesta (ustedes dirán, por qué cuenta esto?!), por lo que me dije "si no es buena, por lo menos duermo un rato!"... Y no lo hice. Cabecé al principio eh! La primera parte me costó porque la caracterización de los personajes centrales la sentí lenta y plana, pero promediando el relato el film comienzó a tomar temperatura y cuando llegamos al climax estaba bien despierto en la butaca con todos mis sentidos alertas.

Si, debo reconocerlo, el tema de los duendes malignos no es de mis favoritos, pero se apreciar el oficio de Troy Nixey y Guillermo del Toro a la hora de encarar la dirección y producción de esta cinta. Uno podrá estar en desacuerdo con la línea que eligen para transitar, pero hay que aceptar que hacen que la película cumpla su principal objetivo: entretener y asustar en dosis iguales. En ese sentido, "No temas a la oscuridad" no pasará a la historia como algo memorable, pero los amantes del género y los espectadores casuales, podrán disfrutarla sin complicaciones.

Ya sabemos los mundos con los que trabaja Guillermo del Toro. Su fuerte es dotar de seres oscuros y poderosos a las historias que cuenta, subrayando la atmósfera lúgubre de escenarios siempre barrocos, tétricos, asfixiantes donde la ilusión y el terror coquetean y se funden en un perverso abrazo. En sus mejores realizaciones ("El laberinto del Fauno", "El espinazo del diablo"), ubica a niños que se enfrentan a entidades a monstruos, gnomos o duendes malignos. Tiene, indudablemente, curiosidad por desarrollar ese vínculo entre la niñez y lo fantástico y presentarlo al espectador para que lo deguste sobriamente.. Aquí produce a Troy Nixey, capo de los cómics, en su debut en largometrajes, pero el film lleva su sello de principio a fin.