Niña mamá

Crítica de Diego Batlle - La Nación

La cámara fija apunta siempre hacia las chicas y las filma en un expresivo blanco y negro. Las médicas y asistentas sociales les preguntan desde el fuera de campo. Ellas cuentan sus desgarradoras experiencias íntimas. Una, con apenas veinte años, ya va por el cuarto embarazo; otra es víctima de la violencia de género. Muchas sufren de desinformación, descontención familiar, falta de recursos.

Andrea Testa (realizadora de Pibe chorro y codirectora de La larga noche de Francisco Sanctis ) se instaló durante tres meses en hospitales públicos de La Matanza y Tres de Febrero para indagar en el drama del embarazo adolescente. Y lo hace con sensibilidad (respetando las distintas posturas de cada una de las participantes) y rigor, sin forzar ni manipular las cosas para exponer en toda su crudeza, dimensión y alcances emocionales, las injustas situaciones que atraviesan muchas de ellas y la crisis general del sistema de salud (por ejemplo, la imposibilidad de conseguir un quirófano para practicar una ligadura de trompas).

Con una extraña belleza y lirismo pese a la crudeza de las situaciones que expone, incómoda, dolorosa (en algunos testimonios en primera persona aparecen desde el consumo de drogas hasta el aborto clandestino), Niña mamá surge como un valioso aporte para la discusión (hoy tan extendida en la sociedad argentina) sobre qué hacer a nivel de educación y salud con las adolescentes que desean (o no) ser madres. El debate, por supuesto, sigue abierto.