Mortdecai: El artista del engaño

Crítica de Paraná Sendrós - Ámbito Financiero

Comedia amarga de apariencia amable.

Esto no le pasaba al padre Pitillo, que supo enfrentar a prejuiciosos y prepotentes en defensa de una joven "descarriada", como cuenta la comedia de Arniches. Ni al vigoroso cura Don Camilo, regocijante creación de Giovannino Guareschi, ni siquiera en "Don Camilo y los jóvenes de hoy". Pero el padre Fabián (Fabijan en el original) que acá vemos, pertenece a otra época, y a otros autores, que lo quieren poco y mal: el músico Mate Matisic y el director Vinko Bresan, autores de esta comedia amarga de apariencia amable.

La primera mitad es bastante risueña, levemente sarcástica y moderadamente efectiva. En ella, un curita recién llegado a una isla del Adriático advierte que el pueblo tiene más muertes que nacimientos, ya que los pobladores son bastante promiscuos pero "se cuidan". Así que convence al kioskero y al farmacéutico para "intervenir" con una aguja las cajas de profilácticos que ellos comercian. El kioskero es un católico culposo, y el otro es un loco de la guerra, que ayuda entusiasmado a la multiplicación de los suyos, pero a los clientes de otras razas, pueblos o religiones les sigue vendiendo profilácticos en buen estado, para evitar que se reproduzcan. Esto, mostrado con humor, supone cauterizar, más que avivar, las heridas de la última guerra, hace apenas 20 años, cuando croatas,serbios, bosnios, musulmanes, ortodoxos, etc. se masacraron rigurosa y espantosamente.

Lástima que la segunda mitad de la película ya deja de ser graciosa, se hace oscura, en sentido literal y figurado, y cuando al fin vuelve la luz del día, y el curita empieza a percibir las consecuencias indeseadas de su programa de natalidad, surge un domingo 7, un drama inesperado, puesto sólo para poner un momento cúlmine dramático. Que acaso tenga sentido si se mira el cuento como una metáfora de aquella sociedad, donde cada sector mantiene sus leyes de secreto y negación. Pero, en todo caso, es un climax medio estirado y desinflado.

Intérprete, Kresimir Mikic, algo así como el Humberto Tortonese de los Balcanes pero tirando a serio. Dos momentos memorables, la táctica del cura para obligar a tres solteros a hacerse cargo de un desliz, y la visita del obispo, indiferente al incumplimiento de los votos de castidad de sus párrocos, pero atento a cualquier indicio de pederastia. Otra película interesante de Bresan, la comedia negra "Marsal", donde neocapitalistas y comunistas persistentes creen encontrarse con el fantasma del mariscal Tito, que viene a reprocharles, como el generalísimo Franco a los españoles en la novela de Vizcaíno Casas "Y al tercer año resucitó.