Monsters University

Crítica de Iván Steinhardt - El rincón del cinéfilo

Hay que decirlo: Pixar lo hizo de nuevo

La tan anunciada secuela de “Monsters Inc.” (2001) finalmente tiene su estreno en Buenos Aires. Hay que decirlo: Pixar lo hizo de nuevo.
Parece ya una verdad de perogrullo, pero realmente vale destacarlo. Luego del Oscar por “Valiente” (2012) y una floja segunda parte de “Cars” (2007), había que ver como encaraban otra entrega de un producto ya instalado en la memoria colectiva de los espectadores.
Como recordarán, Monstruópolis es una ciudad en una dimensión paralela en la que habitan monstruos. La energía no se obtiene de una planta nuclear sino de los gritos de susto provocados por ellos, cuando los Asustadores se escurren por las noches en los dormitorios humanos y les pegan un julepe de novela. La empresa a cargo de semejante tarea es Monsters Inc.
“Monsters University” se sitúa algunos años antes, cuando Mike Wasowski era un niño y en una visita escolar a la planta descubre su vocación. Elipsis de por medio, vemos a Mike bajar del autobús que lo deja en la universidad del título, dispuesto de seguir adelante con su sueño de ser el mejor Asustador, casi ignoto de las circunstancias de su mundo, e incluso con cierto aire ingenuo que le impide ver (sanamente) sus limitaciones. Claro, en seguida entendemos que nos vamos a encontrar con todos los personajes de la original para ver cómo se conocieron. Sully viene de familia de asustadores y cree que con la portación de apellido alcanza.
Los gags son varios, muy seguidos, muy graciosos, y con varios guiños a la anterior, además de cuestiones externas pero inherentes a la cultura universitaria, por ejemplo la formación de grupos o cofradías a las cuales los novatos quieren entrar para evitar el rechazo; los nerds que al final tienen su triunfo; profesores exigentes, y hasta hay un detalle delicioso cuando vemos a los monstruos tocar el pie de una estatua en la entrada del edificio principal. Así sucede en la vida real en la Universidad de Harvard, los estudiantes que quieren aprobar el examen de ingreso tocan el pie de la estatua para que les de suerte.
Quizás lo mejor de esta segunda parte es que sobrevive por sí sola. El lazo con los personajes ya conocidos es fuerte, pero un guión bien trabajado puede lograr que sin haber visto nada antes, todo se comprenda y fluya independientemente.
En aquella oportunidad, hace más de una década, estábamos frente a un guión que daba un palo a las empresas de entretenimiento sin escrúpulos, pues hacia el final de “Monsters Inc.” la vuelta de tuerca mostraba que se obtenía más energía de los chicos cuando se los hace reír que asustándolos. Pero principalmente trabajaba los miedos y como trabaja la mente para hacerlos más grandes, tanto de un lado como del otro, porque entre los monstruos y los humanos el miedo era recíproco.
“Monsters University” trabaja entonces en cómo vencer los miedos y superar las adversidades. Por si fuera poco, la importancia del trabajo en equipo cuando se usa y se potencia lo mejor de cada uno.
Las voces de la versión en inglés son los talentos (nuevamente) de Billy Crystal y John Goodman. Extraña el cambio de titulares en la versión doblada. En la proyección de prensa con chicos fue una de las primeras observaciones que escuché de los pequeños y es cierto. Algo de la cadencia se pierde en este actor lo cual para nada empaña el producto final.
No llegue tarde al cine.
El primer corto sobre dos paraguas es una delicia y por cierto, quédese hasta el final en los títulos, pues “Monsters University” le regala una última sonrisa.