Moacir

Crítica de Marcelo Oliveri - El rincón del cinéfilo

He aquí un ejemplo de cómo se puede hacer un documental digno, entretenido y por sobre todas las cosas muy bien contado.

“Moacir” es una sorpresa que nos reconforta. Retoma una historia de vida que el realizador ya había mostrado parcialmente en su “Fortalezas”, su ópera prima en 2010. Allí se lo veía a Moacir internado en el neuropsiquiátrico Borda, donde pasó parte de sus 30 años en la Argentina.

Tomás Lipgot cautivado por esa historia se le ocurrió encarar un proyecto cuyo protagonista fuera éste curioso personaje, quien a fuerza de querer superarse hoy ya no está interno más en el Borda y vive en una modesta pensión.

Moacir dos Santos, gracias al “poder curativo de la música”, fue beneficiado con el alta a sus 65 años y ha grabado un disco donde registra aquellas canciones de carnaval que él creía perdidas. Gracias a Sergio Pángaro, como co-equipier, se va contando una historia humana que es ejemplo de cómo se puede salir adelante cuando hay ganas de superarse.

A muchos quizás Moacir les resulte demasiado agrandado y engreído por considerarse un artista hecho y derecho, pero a medida que transcurren la proyección uno se va encariñando con éste ser maravilloso que lleva el carnaval en la sangre. Verlo a Moacir elegantemente vestido, con sus pelucas en las grabaciones o presentaciones, es aprender a quererlo.

Un film muy simpático que trae aliento fresco y original al cine argentino.