Mi villano favorito 2

Crítica de Iván Steinhardt - El rincón del cinéfilo

En 2010 los realizadores Pierre Coffin y Chris Renaud presentaban “Mi villano favorito”. En aquella oportunidad veíamos básicamente cómo Gru (voz de Andrés Bustamante –en inglés Stevce Carell-), un súper villano se transformaba en súper héroe merced al amor de tres niñas huérfanas a las que pretendía usar para un plan maléfico y así ser el peor (mejor) malo del planeta.

Más allá de la “originalidad” del guión, la historia contaba con los Minions (voz del brillante Ricardo Tejedo –en inglés son los propios directores-), unos simpáticos personajes pequeños, con forma de cápsula amarilla, idioma propio y un comportamiento exageradamente ecléctico. Eso sumado a un movimiento “titiritesco” y bromas pesadas construían los segmentos más graciosos de la película.

Vivos como el hambre, en Hollywood llegaron a la conclusión de que la popularidad de los Minions era lo que ameritaba una secuela de una narración que ya había cerrado bien. Así, la segunda parte arranca con Gru, pero lentamente todo se va desviando hacia los chiquitos hasta convertirlos casi en protagonistas. El villano es convocado por una organización anti-malos para encomendarle una misión que rechaza de plano.

Entretanto, alguien planea utilizar a los Minions como ejército inyectándoles un químico que los potencia (además de cambiar a color violeta). Si en estado natural son hiperactivos, con éste experimento se transforman en una suerte de monstruos al estilo Gremlins (1984).

Hay alguna subtrama con un ex villano y una chica que enamora a Gru, pero básicamente todos los gags se apoyan en los Minions. Y funciona.

“Mi villano favorito 2” no da tregua con los gags y sólo hace falta entrar en el código para no parar de reír. Incluso en los títulos que sirven además como la presentación de una posible película sobre ellos. De hecho ya están construidos y cuentan con la popularidad suficiente como para despegarse por completo de esta franquicia.

Buen ritmo narrativo, subtramas que aportan a la comicidad, y en nuestro caso el doblaje es más que acertado con la excepción de Lucy, la compañera de Gru, que en el doblaje de Andrea Legarreta parece estar en otra frecuencia que la que proponen los movimientos y las expresiones del original. Pero es sólo un detalle. El entretenimiento y las secuelas están asegurados.