Mi gran noche

Crítica de Paraná Sendrós - Ámbito Financiero

Desopilante comedia negra del inspirado Alex de la Iglesia

Aclaración previa: parece que en España los especiales de Año Nuevo, que allá le dicen Nochevieja, no sólo no van en vivo, sino que se graban con meses de anticipación. Eso, contando números musicales, cómicos, saludos sensibleros, uvas y "champuces", puede llevar bastante tiempo. Hay que estar ahí, fingiendo alegría más de un día. El asunto suena tan ridículo que bien merece unas cuantas bromas y hasta una película satírica. Y Alex de la Iglesia es tan bueno que hace una comedia más que satírica. Negra. Esperpéntica. Berlanguiana. Española. Españolísima. Con El Niño de Linares a la cabeza del reparto.

Bueno, El Niño de Linares ya pasa los 70 de edad y los 50 largos como cantante. Se llama Raphael, por si alguien no lo sabe, y aquí representa a un tal Alphonso, estrella envanecida y envejecida que pelea con malas artes contra la estrella ascendente, un cantante latino ultrasexy a cargo de Mario Casas. Eso no es todo. Dos starlettes quieren chantajear al sexy. Su representante las corre a puteadas (es argentino). Los sonrientes presentadores se odian a muerte. Las encargadas del piso odian al jefe. Una multitud fuera de los estudios odia que la hayan dejado afuera. Y afuera del país quiere irse un directivo estafador, con toda la plata que no sabe cómo sacar. Adentro, un infeliz trata de ganarse sus dinerillos (seguramente los logrará) sentándose a la mesa de la mala suerte. Una persona trae la yeta. Más allá entra una vieja cargosa. Etcétera. Y alguien quiere matar al gran Alphonso.

Descostillante, acelerada, ingeniosa, de gran producción para disfrutar a lo grande y en gran pantalla, "Mi gran noche" destroza el mundo de la pantalla chica y su gente de mente pequeña, cultora de una falsa felicidad, al tiempo que desarrolla una cariñosa y burlona celebración de Raphael, ídolo de la canción española que así ha vuelto al cine después de 42 años de ausencia, para reírse de sí mismo antes que nadie, y para robarse cada escena donde aparece. Este tipo es incombustible. Para más, lo rodea casi toda la escudería De la Iglesia, porque se trata de una película coral: Santiago Segura, Carolina Bang, el citado Casas, Pepón Nieto, Carlos Areces, Terele Pávez, Enrique Villén, Carmen Ruiz y otros cuantos, a los que aquí se agrega el argentino Tomás Pozzi ("El secreto de Lucía"). Todos grandes cómicos.

Hay quien dice que ésta es una película menor. Puede ser. Cuando nos sequemos las lágrimas de la risa lo vamos a pensar.