Mi abuela es un peligro 3

Crítica de Santiago García - Tiempo Argentino

Un humor todo viejo y repetitivo

Desde el debut de la saga en 2000, cada cinco o seis años aparece una nueva entrega de esta comedia protagonizada por Martin Lawrence, ahora menos escatológico y sexista.

Mi abuela es un peligro 3 es, como su nombre lo indica, la tercera parte de una serie de comedias donde un agente del FBI (Martin Lawrence) se disfraza de mujer mayor gorda para resolver diferentes casos en los que se ve envuelto. Tan conocida es la historia que en esta ocasión él y su hijo aparecen ya disfrazados ante el primer giro de guión, sin que nadie explique nada más. Con algún préstamo de la recordada –y extraordinaria– comedia Una Eva y dos Adanes, los protagonistas se disfrazan de mujer para ocultarse de unos asesinos. Juntos van a una escuela de arte exclusiva para mujeres, donde al parecer está la resolución del caso.
Quienes hayan visto las dos películas anteriores podrían imaginar a partir de esto que se repiten los mismos chistes sexistas, el humor escatológico y la burla hacia la gente gorda. Pero no, parece que en estos años los realizadores asumieron que eso ya no vende e intentaron bajar el humor de mal gusto, erradicar el humor sexista y generar un discurso a favor de la gente con sobrepeso.
Para que el cambio sea total, le agregaron suficientes canciones que hacen que la película esté más cerca de Glee que de los filmes previos. Aun así, el humor es todo viejo y repetitivo, y los números musicales son tan livianos y poco elaborados que tienden a generar incomodidad. Sin embargo, y para ser justos, se trata en este caso de una película más mediocre que ofensiva, más trillada que desagradable y eso demuestra que los paradigmas van cambiando.
Sólo resta pensar los motivos por los cuales se hace una tercera parte que no sigue la línea de las posteriores. Todo parece señalar que la idea era explotar la franquicia, manteniendo al público cautivo desde antes y tratando de sumar nuevos adeptos. La ecuación sólo resultará efectiva para quienes sin desearlo se crucen con este filme.
Lo mejor que se puede decir de Mi abuela es un peligro 3 es que resulta indiferente y que desde ahí hace menos daño al buen gusto que los otros dos títulos. Para los admiradores de los dos primeros filmes –hay gente para todo, como se suele decir– este no tiene nada que ver, y a quienes amen el musical estilo Glee o High School Musical, esta película no le aportará nada. El consejo es obvio pero valioso: ver Una Eva y dos Adanes y disfrutar de Tony Curtis, Jack Lemmon y Marilyn Monroe. No sólo es mejor comedia, sino que allí los hombres disfrazados de mujeres aprendían a entender y respetar el mundo femenino, a diferencia de lo que ocurre acá, donde son las mujeres las que deben aprender de ellos.